Por Dinorah Polakof. Semanario Hebreo. 11 de Octubre de 2012.
Durante los días 6 y 7 de octubre se celebró el Día del Patrimonio en Uruguay. El Museo de la Shoá (Holocausto) abrió sus puertas al público el domingo pasado 7 en el horario de 12 a 18 horas.
Instalado en Canelones 1084 entre Paraguay y Río Negro ocupando una digna sala dentro de la Comunidad Israelita del Uruguay, recibió a un numeroso público ávido por ampliar sus conocimientos entre los que se apreciaron jóvenes y adultos, grupos familiares y ciudadanos afines a la enseñanza.
La planificación previa se desarrolló en su totalidad a pesar de las inclemencias del tiempo: visitas guiadas en pequeños grupos por los profesores Gabriel Hojman, Ana Resbani, Oscar Destouet ; Charla “El particular lenguaje del dibujo en la Shoá “ presentada por la Prof. Sonia Bandrymer; Charla “La literatura es memoria: escritores víctimas del Holocausto” a cargo de la Prof. Andrea Blanqué; y el testimonio de los Sobrevivientes Sarita Kempinski de Kaufman, Sylvio Packer, Isaac Borojovich y Alejandro Landman.
Bajo la experimentada guía de los profesores, quienes cruzaban el umbral del Museo se encontraron con un espacio definido y de información. Un recorrido histórico que nuclea fotografías en murales, plaquetas recordatorias, mapas y documentos testimoniales. La importancia de reunir y valorar cada retazo de memoria, recordar lo que nunca debió suceder y “no olvidar” las almas de los 6.000.000 de judíos asesinados, se citan respetuosamente en dicho ámbito. Dispuestos en vitrinas se puede ver una cuchara, un peine con su estuche, un pasaporte, un libro de oraciones, una muñeca, un carretel de hilo, un jabón de Auschwitz, instrumentos de cirugía, documentos originales de la época, uniformes de los campos de exterminio, un vestido y cada uno con su historia. Se encuentran ubicados casi al alcance de la mano como testimonio inobjetable de la rebelión espiritual, la conservación de la condición humana y la dignidad a pesar de la crueldad comandada por Adolf Hitler.
La conferencia ofrecida por Bandrymer exhibió grabados, dibujos, y formas realizadas por artistas que interpelaron lo que ocurría: en los ghettos, dentro y fuera de las barracas, en la nieve, en los bosques donde se escondían los partisanos. Esclarecedoras fueron también las manifestaciones plásticas de los niños de Terezín, campo idealizado mediante una escenografía preparada especialmente para la inspección de la Cruz Roja, en la antigua Checoeslovaquia. No faltaron las grandes obras en las que los trazos se hicieron eco de la angustia y donde la única vía de escape o libertad era mediante el humor gráfico.
Blanqué brindó un vastísimo panorama de los escritores que han sido víctimas de la mayor persecución y genocidio perpetrado contra la humanidad. Entre los autores destacó a poetas, narradores, mujeres y niños que legaron su palabra. Sus voces, sus escritos, resonarán por siempre puesto que perviven por encima de los miles de libros y páginas que el fuego hizo desaparecer. Sobre la intolerancia y la deshumanización escribieron Primo Levi, Imre Kertész, Elie Wiesel, el recientemente fallecido Jorge Semprún, Paul Celan, Ana Frank, Ruth Maier, Petr Ginz, Rutka Laskier, Ana Vinocur. La profesora leyó algunos pasajes de las obras publicadas a los que agregó numerosos títulos donde abrevar.
El público manifestó su enorme interés por el testimonio de los sobrevivientes. Luego de la presentación personal, los testigos contaron acerca de su experiencia durante tan desdichada época. Coordinados por la Prof. Rita Vinocur, cada uno relató los episodios dramáticos que les tocó sortear. Cómo fueron vaciados de sus pertenencias, luego deportados y cómo lograron sobrevivir. Contaron sobre la humillación y la falta de justicia, de los trenes de la muerte y los hombres que se prestaron al asesinato en masa eludiendo la confrontación con sus superiores. Ilustraron sobre el hambre y el deseo de reencontrarse con su familia, de la esperanza y la hiriente realidad.
En un punto de la plática, la emoción embargó a disertantes y a los numerosos oyentes por igual. Antes de retirarse, los asistentes agradecieron a las autoridades del Museo por la posibilidad de preguntar y obtener respuestas de los propios damnificados, diálogo que demostró la intensidad del tema abordado.
Colaboraron en la actividad el Sr. David Cisser, Profs. Rafael Winter, Dinorah Polakof e Ilana Haim Vinocur.