Por Isac Gliksberg. Publicado en Semanario Hebreo el 16 de Julio de 2015.

La Sala “Eduardo Fabini”, la principal Sala del SODRE y la más grande en su género de todo el país, recibió durante los pasados días miércoles 08 de julio y jueves 09, a más de siete mil personas, entre niños, jóvenes y adultos.

El Estudio Auditorio de ese Instituto ofreció al público uruguayo, tanto de Montevideo como de otros departamentos, un espectáculo poco frecuente en nuestro país: la representación de la ópera infantil “Brundibar”, que como muy bien lo expresó el hermoso y muy didáctico programa impreso ofrecido a los asistentes, se trata de “Un símbolo de resistencia cultural”.

La idea y empuje en todo el proyecto, fue de Eduardo Barfeld, quien consiguió que el SODRE, el Ministerio de Educación y Cultura y CEIP realicen el espectáculo. La empresa Conaprole y “Conamigos” apoyaron esta propuesta cultural.

Participaron sobre el escenario, en la representación artística, casi cien niños, adolescentes y jóvenes pertenecientes a la Escuela Nacional de Danza, Coros de Escuelas Artísticas de Enseñanza Primaria de Montevideo, el Coro Ayre y, desde el foso, la Orquesta Sinfónica Juvenil dirigida por el joven Maestro Ariel Britos.

La ópera en general, puede ser comparada con un cuento para niños. “Brundibar” en particular, es una ópera que además de ello, hace pensar, y asumir, a quienes la ven, y lo que no es menos importante, a los mayores que ven y escuchan, que la barbarie y el horror que significó el nazismo para el pueblo judío y para toda la humanidad, no se deberá permitir que se repita. Nos hace sentir que somos capaces de pensar, de crear y de transformar lo que vemos representado sobre el escenario.

En la función a la que asistimos, el jueves a las 15.30 horas- y cabe suponer que no menos que eso se vivió en todas las demás- fue impresionante el clima que se vivió, al inicio del espectáculo, tanto en la calle, en la esquina del Estudio Auditorio, como en el interior del mismo.

Abuelos, padres con sus hijos y amigos de sus hijos, jóvenes y niños judíos y no judíos, se les veía llegar a la esquina en medio de una gran algarabía porque se iba a asistir a un espectáculo novedoso, un estreno para Uruguay y con una gran calidad artística y un importante mensaje a recibir.

En el interior, las 1885 butacas de la Sala mayor del Estudio Auditorio, que además es la más grande de su especialidad en todo el país, en medio de un gran bullicio ocasionado por los niños y jóvenes, rápidamente fueron ocupadas, en su totalidad.

Fue un espectáculo en sí, pleno de contenido y de importantes mensajes, pero también pleno de colorido, de movimiento, de alegría aún teniendo presente lo que significó esta ópera para quienes la cantaron, dentro del Campo de Concentración de Terezin, por primera vez.

Dijo Ela Weissberger, la sobreviviente que llegó a Uruguay especialmente para este proyecto:”Interpreté la obra, dentro de Terezin, 55 veces. En aquel momento, no quería darle un papel a nadie. Pero hoy disfruto al oir las voces de estos jóvenes.”

Y ese mismo disfrute, lo tuvimos nosotros, como periodistas, y sin duda alguna, la totalidad del público que la presenció y oyó.

Durante algo así como una hora de duración que tuvo la representación, la sala permaneció en el más absoluto silencio, demostración de la atención y concentración que generó en niños, jóvenes y mayores.

Apoteótico fue el final de la representación, con los casi cien participantes: actores, cantantes, bailarines, adolescentes, niños y niñas junto a los sobrevivientes de Terezin, Ela Weissberger y Thomas Venetianer, que estuvo en el Campo de Terezin después de que se representará esta ópera y desde hace años reside en Brasil, unidos todos con sus manos y brazos levantados en alto en señal de triunfo, con las luces del escenario y de la gran sala totalmente iluminados y el público, de pie, aplaudiendo durante largo rato, y entonando las últimas estrofas del canto de “Brundibar”.

Vivimos, por tanto, una velada inolvidable, plena de colorido, alegría e importantes mensajes educativos.

La presencia de Ela Weissberger en Uruguay ha generado un gran interés en los medios y la opinión pública en general. El lunes de esta semana, fue la colectividad judía quien la honró. El lunes, la declarada “Visitante Ilustre de Montevideo” visitó, acompañada por la Prof. Rita Vinocur, por sobrevivientes del Holocausto y autoridades de la Comunidad Israelita del Uruguay, el Museo de la Shoá allí existente.

Tras esta visita, la sobreviviente fue homenajeada, en acto público y en el salón principal de la Kehilá, por esta Institución.