Por Ana Jerozolimski. Publicado en Semanario Hebreo el 4 de febrero de 2016.
El miércoles de la semana pasada, 27 de enero, Día Internacional de Recordación de las Víctimas del Holocausto, el Parlamento de nuestro país homenajeó a los muertos y a los sobrevivientes con una ya tradicional sesión especial de la Comisión Permanente . Pero el homenaje no fue exclusividad de los legisladores miembros de la comisión y de quienes, como tales, hicieron uso de la palabra en nombre de sus respectivos partidos , sino también del Senador Pablo Mieres, quien se hizo presente aunque el Partido Independiente no está en la mencionada comisión. Pero simplemente, sintió la necesidad de estar. A raíz de ello, pedimos entrevistarle para comprender de fondo lo que de todos modos nos parecía evidente, el por qué de esa digna actitud. Y también, para darle oportunidad de explicarlo públicamente.
Senador, días atrás tuvo lugar la ya tradicional sesión especial de la Comisión Permanente del Parlamento, dedicada al 27 de enero, el Día internacional de Recordación de las Víctimas del Holocausto. Usted no es miembro de la comisión pero igual se hizo presente, quiso estar, lo cual fue destacado inclusive por la Presidenta de la comisión, la Senadora Daniela Paysée. Creo que es ineludible, aunque casi adivino la respuesta, comenzar preguntándole por qué fue, por qué sintió esa necesidad de estar allí en ese momento.
Nos parecía una necesidad ineludible estar presente en esa instancia porque se trata de la conmemoración de un acontecimiento que golpea en el fondo de la barbarie y constituyó un atentado contra la naturaleza humana. El holocausto es el horror convertido en sistema, es la negación más absoluta de la condición humana y nuestra presencia en tal conmemoración responde a un compromiso radical para expresar con total convicción que estas cosas deben ser el objeto de la mayor condena y la reafirmación más enérgica de realizar todos los esfuerzos que impidan que en el mundo ocurran actos de ese tipo. Sin duda que hubiéramos querido hacer uso de la palabra para trasmitir en representación del Partido Independiente nuestra total adhesión a esa conmemoración pero, como se sabe, nuestro partido no integra la Comisión Permanente por lo que no era posible hacerlo; de cualquier manera la asistencia al acto permitió expresar nuestra adhesión correspondiente. En tal sentido, agradecemos la referencia realizada por la Senadora Daniela Payssé al mencionar nuestra presencia en esa instancia.
Este día fue instaurado ya en el 2005 por las Naciones Unidas como fecha mundial de recordación. Pero cada país decide qué contenido darle, cómo actuar., qué ceremonias realizar. Los judíos uruguayos solemos destacar que lo que se hace en Uruguay, no es el promedio. Sesión en el parlamento, cadena por radio y televisión siempre a muy alto nivel, este año nuevamente en la figura del propio Presidente de la República. ¿Cuál es la lectura que usted hace de ello?
Creo que es lo que se debe. La entidad de la conmemoración requiere de un destaque acorde a los acontecimientos que se rememoran. Las palabras de los legisladores de todos los partidos y el mensaje del Presidente de la República nos representan, sin duda, a todos los uruguayos. Demuestra también el grado de compromiso de nuestro país con la defensa de los derechos humanos de todos los individuos. El horror del holocausto cumple con la condición especialísima de convertirse en una suerte de ‘paradigma’ de la barbarie máxima de la que es capaz, en algunos momentos de insanía, el ser humano; por eso en nuestro país se levanta el grito unánime y elevado de rechazo. Uruguay es uno de los países que se destaca por la preocupación por la protección de los derechos humanos. Pero, también, creo que la presencia activa y visible de la comunidad judía en nuestro país, que es el suyo, con su aporte de trabajo, solidaridad y lealtad a nuestra tierra, constituye otro factor decisivo para que el conjunto de los uruguayos otorguemos la relevancia que se debe a la conmemoración de este acontecimiento.
A veces, también fechas históricas, aniversarios de dimensión nacional o de la humanidad en general, cobran un sentido casi personal, cuando uno los asocia a gente que conoce, que identifica con esas fechas. En su caso, esta necesidad de hacerse presente, de expresar su identificación con el recuerdo ¿pasa también quizás por las caras, los nombres, de compatriotas judíos que hayan sobrevivido al Holocausto, o de nietos o hijos de sobrevivientes que usted conozca?
Sólo conozco a aquellos que han estado presentes en eventos de conmemoración del holocausto y han contado sus experiencias. La comunidad judía en nuestro país ha tenido siempre la virtud de expresar en conmemoraciones muy sentidas y profundas lo ocurrido en la terrible experiencia del holocausto. En varias oportunidades he escuchado el relato desgarrador, impactante y digno de sobrevivientes del holocausto que viven en nuestro país. Son el testimonio viviente de aquello y sus expresiones son muy valiosas para mantener viva la conciencia en nuestra sociedad para impedir que estas cosas vuelvan a ocurrir. Conozco muchos uruguayos integrantes de la comunidad judía y soy amigo de muchos de ellos, he tenido alumnos, compañeros de camino político, compañeros de trabajo, en fin he compartido la vida con muchos integrantes de esa comunidad. Siento a la comunidad judía como una expresión de aporte muy positivo y valioso para nuestra sociedad, a través de sus integrantes y de su trabajo; la existencia entre ellos de los sobrevivientes del holocausto enriquece y aumenta, aún más, el valor de su presencia en nuestro país.
Probablemente no sería muy común preguntarle a un judío por qué es importante recordar el Holocausto. Creo que es importante preguntárselo a usted, legislador, no judío, que en medio del verano se tomó el trabajo de ir al Parlamento a honrar a las víctimas del Holocausto….porque intuyo que eso puede ser una lección para quienes no quieren saber , relativizan o directamente desmienten.
Es importante porque recordar es la contracara del olvido o del desmentido. Lo que se recuerda, se mantiene vivo y lo que se mantiene vivo se hace carne en nuestros sentimientos y convicciones. Aunque parezca insólito, efectivamente existen en nuestro mundo de hoy, los que niegan el holocausto o creen que no se debe recordar o mantener esta conmemoración. Todo lo contrario, es muy importante recordar porque es un acto de reafirmación de la dignidad humana y, además, porque en el mundo de hoy existen riesgos ciertos de que ocurran episodios tan monstruosos como el holocausto.
Cuando mira lo que ocurre alrededor, en el mundo, yo hasta diría no necesariamente como parlamentario, sino como ciudadano del mundo que sigue seguramente el acontecer de la actualidad…¿cree que el peligro ha pasado? Y claro que no me refiero solamente respecto a los judíos…sino al peligro que suponen los odios, la discriminación, a lo que el ser humano es capaz de llegar…
Hace poco tiempo, cuando ocurrieron los atentados en París que generaron tanto impacto, y desde que el Estado Islámico ha impulsado una ofensiva de horror, terrorismo y muerte, se me ocurrió pensar que, lamentablemente, existe un paralelismo con la cuestión del nazismo. En efecto, el objetivo del nazismo no era obtener tal o cual reivindicación, alcanzar la satisfacción a tal o cual demanda, que es la cuestión que está generalmente detrás de un conflicto bélico y es lo que permite, también, buscar una salida de negociación o acuerdo. El objetivo del nazismo era la destrucción del “enemigo” para instalar el Tercer Reich con una lógica de dominio mundial fundado en la superioridad étnica. Pues bien, el problema del conflicto con el Estado Islámico es que su objetivo es del mismo tipo, dominar el mundo desde el supuesto de la superioridad religiosa y destruir a quienes no pertenecen a su colectivo. Ciertamente, esta postura es la del Estado Islámico y está bien lejos de expresar el pensamiento y los contenidos auténticos del Islam como religión. Es justamente la versión más fanática y fundamentalista del Islam, como en el pasado fueron otras expresiones religiosas o étnicas. Pero, con más razón, desde este punto de vista y desde esta amenaza, el recuerdo del holocausto adquiere otra razón más para su destaque. Estamos en tiempos de riesgo con respecto al respeto de la dignidad humana y a la repetición de acontecimientos horrorosos que deberían ser parte definitiva del pasado de nuestra historia humana.
Volvamos, para terminar, al Parlamento, el miércoles pasado…En las barras había judíos y no judíos, dirigentes comunitarios, amigos de la colectividad, chicos de los movimientos juveniles judíos…y sobrevivientes. Y creo que debe ser difícil describir lo que pueden sentir esos hombres y mujeres de edad, que hace décadas son uruguayos, que vivieron el infierno en la Tierra…al ver que su país honra de tal forma a sus hermanos muertos…¿Usted se lo puede imaginar?
Me alegra enormemente que tengamos la posibilidad de honrar a los sobrevivientes y también a los muertos. Resulta muy difícil imaginar qué impacto sentirán aquellos que sufrieron lo que uno no es capaz de concebir. Cuánto ha cambiado la vida desde aquello a la realidad de hoy. En todo caso, los sobrevivientes del holocausto son la prueba más rotunda de cómo es posible la resiliencia, de cómo el ser humano es capaz de revertir lo peor, salir adelante y reconstruir su vida desde el abismo más horrendo.
Muchísimas gracias.
A ti Ana.