Por Dinorah Polakof. Publicado en Semanario Hebreo el 16 de Noviembre de 2017.
El 2017 ha sido especialmente fructífero para nuestra Institución. Durante el período invocado y aun sin finalizar el año, hemos promovido y ejecutado una inigualable cantidad de actividades.
Además de las visitas al Museo, que se encuentra en franca remodelación, las charlas y préstamos de material de la Biblioteca, se han sumado las exposiciones extramuros. En esta ocasión, fuimos convocados por el Consejo Uruguayo de Mujeres Judías y como lo viene desarrollando cada año, se coordinaron dos actividades con el grupo de niños de 6º A de la Escuela Nº68, Estado de Israel.
El primer encuentro se realizó en el mismo salón de la Escuela de la calle Carabelas. Nos acompañó el autor de “Max y sus desafíos”, Ing. Julio Rosenblatt, quien presentó su libro y llamó a la reflexión mediante una dinámica de taller. Se formaron equipos, se repartieron algunos ejemplares para que todos pudieran intervenir. Mientras se dio lectura al texto, el grupo se dejó sorprender por la presencia y voz del escritor, la atención estaba puesta en cada una de las palabras que fueron seguidas con gran interés. Luego vinieron las preguntas y más adelante las respuestas de los propios participantes. Dado que el tema Shoá tiene múltiples aristas, Julio delineó el cuestionario de tal modo que fueran surgiendo conceptos de gran importancia para la comprensión de la temática. Discriminación, aislamiento, involucramiento, ponerse en el lugar de otro, solidaridad, y
más. Encomiable tarea aportó la Maestra Verónica González expresando saberes, contención y cariño. Vale la pena agregar que el autor donó los libros a la biblioteca escolar.
La segunda instancia se desarrolló en nuestra propia casa. Recibimos al mismo grupo de la escuela conformado por 22 alumnos, a su maestra Verónica y a seis integrantes del CUMJ. Una visita guiada por el Museo, donde objetos y documentación avalan –entre otros- el período nazi y la
persecución a los judíos, nos condujo más tarde a la biblioteca Simón Wiesenthal. Allí, los niños asistieron a la exhibición de un video que convocó a
un sinfín de comentarios. Una pequeña muestra del numeroso conjunto de láminas que abastece la biblioteca, suscitó aclaraciones. Por medio de la
lectura de algunos pasajes de diarios íntimos y escucha de testimonios de sobrevivientes, se los instó a imaginar cuál hubiera sido su reacción ante las
penurias que pasaron las víctimas del odio. Diversas reacciones dieron cuenta de que debemos continuar por este camino: sensibilizar para multiplicar el esclarecimiento.
A título personal, me alegra haber sido parte de estos encuentros. Sin duda, en la educación está la clave para que vivamos en un mundo mejor.