El CRH y su fe inquebrantable en la educación de las nuevas generaciones

El CRH y su fe inquebrantable en la educación de las nuevas generaciones
26 septiembre, 2019 administrador

Por Silvina Cattáneo. Publicado en Semanario Hebreo el 19 de setiembre de 2019.

A sala llena, la Biblioteca de la Shoá Simón Wiesenthal, fue el espacio donde docentes y estudiantes pudieron conversar y reflexionar sobre los eventos de la Shoá y la Segunda Guerra Mundial. A través del trabajo de docentes del Liceo 43 “Rincón del Cerro”, el CRH recibió, el 28 de agosto pasado, a un grupo de 22 adolescentes de entre 17 y 18 años. En el contexto de un proyecto sobre Derechos Humanos, las
docentes Natalia Bettollini, Silvia Doglio y Virginia Hernández, acompañaron la charla coordinada por Sandra Veinstein, Dinorah Polakof y Silvina Cattáneo.

La temática presentada se concentró en los eventos sociales y políticos de la Alemania previa a la guerra y que facilitaron la concreción de lo que se conoció más tarde como la “Solución Final”, para cerrar con imágenes del Museo que permitieron explicar la realidad de los campos de concentración. Cabe destacar la atención de los jóvenes y su clara comprensión (e indignación) de la pérdida de “pequeños” derechos civiles que habilitaron el desenlace del Holocausto. Los estudiantes preguntaron, acotaron e intervinieron en la charla mostrando una sólida preparación previa.
La visita al Museo, donde vieron los objetos de primera mano, fue así el cierre de oro de un trabajo encomiable de los docentes del Liceo 43 “Rincón del Cerro”. Con cada joven que comprende la responsabilidad que tenemos todos como sociedad
frente a eventos que amenazan a alguna minoría o grupo determinado, se hacen realidad las palabras de Herman Spertus, presidente perpetuo del Instituto Spertus de Estudios Judíos de Chicago: “De todas las virtudes que admiramos en nosotros mismos y en los demás una de las mayores es la educación. La persona educada ha aprendido a sentir empatía hacia los orígenes, necesidades y sentimientos de
los otros. La educación alimenta la tolerancia y la capacidad de amar, de amar a la propia familia y a esa otra familia humana mayor, que nos incluye a todos. Y así, aprendiendo y enseñando, aspiramos no solo al conocimiento sino a la compasión y a la comprensión. Nos hacemos enteros”.-