Dolor por el fallecimiento del Dr. Jacobo Polakiewicz (Z»L), sobreviviente de la Shoá

Dolor por el fallecimiento del Dr. Jacobo Polakiewicz (Z»L), sobreviviente de la Shoá
24 agosto, 2020 administrador

El Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay despide al Dr. Jacobo Polakiewicz (Z”L), sobreviviente de la Shoá

 

Foto: El Dr. Jacobo Polakiewicz con Elie Wiesel, sobreviviente de la Shoá y Premio Nobel de la Paz durante la visita al Museo de la Shoá de Uruguay.

 

Escribe: Prof. Rita Vinocur, publicado en Semanario Hebreo el 21 de agosto del 2020.

Es con profundo dolor que recibimos la noticia de la desaparición física de nuestro querido Jacobo Polakiewicz (Z”L) Jacub como se lo llamaba cariñosamente y a medida que pasan las horas es que estoy internalizando la noticia en toda su dimensión y me duele el corazón. Para nuestra institución fue un fiel baluarte, Presidente del Museo de la Shoá de Uruguay, al que los sobrevivientes llamaban Jeder Hazikaron (Sala del Recuerdo) y representaba precisamente al Museo. Abnegado Presidente. Mojón importante fue su labor acompañando a Ana Benkel de Vinocur (Z”L) en los trabajosos trámites en el Ministerio de Educación y Cultura para lograr la Personería Jurídica para el Centro Recordatorio del Holocausto. Amaba a la organización, siempre con la camiseta puesta por ella. Para el proyecto “Toda Persona tiene un nombre” en el cual se recopilaban los nombres y datos de asesinados en la Shoá, fui a su casa más de 10 veces porque registró los asesinados de su familia y de todo su barrio y su pueblo; eran docenas dolor era enorme. Pero llegó a de documentos. Llegaba un hacerlo cuadra por cuadra de punto que no podía seguir; su su pueblo.

Su nobleza y generosidad con los necesitados, su caballerosidad sin límites son inolvidables. Era muy altruista de manera silenciosa. Ayudaba a los que se lo pidieran que acudían a su consultorio de dentista en Montevideo sin que nadie se enterara; sólo lo supe por casualidad mucho tiempo después, cuando ya había emigrado a Israel. Era un gentleman en todo el sentido de la palabra.

Dejó un inmenso legado humano y en su obra “Huida del mal” donde relató sus terribles experiencias en la Shoá de manera magistral. Un abrazo enorme y fuerte con nuestras condolencias para toda su familia desde Uruguay desde el Centro Recordatorio del Holocausto con un profundo recuerdo y amor. Es oportuno en estos momentos volver a traer un artículo de hace tiempo atrás emitido en el Semanario Hebreo con motivo de la publicación de su obra “Huida del mal” lo cual fue su propia solicitud: me pidió especialmente escribir una opinión sobre su obra para publicar en el Semanario Hebreo.

 

Dr. Jacobo Polakiewicz: “Huida del mal”

Hace tiempo ya que necesitaba escribir la profunda impresión que me causó el libro del Dr. Jacobo Polakiewicz, “Huida del mal” sobre sus experiencias en la Shoá y también era necesario brindarle un tributo a su accionar como persona, como sobreviviente y como ex Presidente del Centro Recordatorio del Holocausto. Pero cuando me encontraba con la pantalla en blanco sentía el temor de no saber expresarlo como debiera… que nada fuera suficiente… Comencé a escribir casi de puntillas, como si estuviera susurrando, por ese temor a no hacerle justicia. He de hacerlo sin pretender brindar una descripción exhaustiva y perfecta; tan sólo trazar algunas pinceladas de su personalidad y su obra, porque eso es mucho mejor que quedarme en silencio. El Dr. Polakiewicz merece que se le exprese admiración no sólo por su inmenso heroísmo espiritual en la guerra, el cual él no menciona en su libro, pero es muy obvio, sino el heroísmo después de la guerra en su generosidad sin estruendo.
Estuvo años elaborando este libro, porque además había experiencias que no había compartido con nadie, pero el esfuerzo fructificó y lo comparte ahora con todos nosotros a través de su obra.

Qué violencia es tener que huir del hogar, esconderse en un bosque excavando la tierra para refugiarse allí dentro, casi sin agua ni comida, sufriendo las inclemencias de un crudo invierno de 30 grados bajo cero en Polonia con casi nada para protegerse, con miedo a ser descubierto, ese miedo permanente que puede ser una tortura mental inenarrable. ¿Y si esta situación se prolongara y siempre empeorara por años…? Pues sí… así fue para él.

Él sufrió del ser humano el extremo de la maldad, pero también el extremo máximo de la bondad. Experimentó en carne propia la gama más amplia de la naturaleza humana. Jacobo tuvo que pasar hambre, sed, miedo, sufrir la más cruel de las traiciones, perdiendo a seres muy queridos por esta traición. Pero también experimentó el altruismo hasta límites asombrosos: un pastor de ovejas muy pobre, sin instrucción, un completo extraño compartía cuando podía sus alimentos con él y los suyos, dándoles esperanzas y fuerzas para seguir. Su antiguo maestro, lo ayudaba con riesgo de vida y otras personas conocidas y desconocidas que él encontraba cuando se aventuraba fuera de su escondite -a fuerza de audacia, para no morir- lo ayudaron también con gran riesgo personal.

Se le conocía en los alrededores como el único muchacho judío que sobrevivía en el bosque, porque era el que se aventuraba a salir del escondite buscando alimentos, pero cuando quedó realmente solo luego de la traición de un grupo que había prometido ayudarlos pero ellos terminaron matando a sus familiares y amigos en el escondrijo -siendo Jacobo el único que quedó con vida- sintió la desolación en su más dolorosa expresión.

Se encontró con un sobreviviente de Treblinka. Estaba muy dañado por lo que había visto y vivido en dicho campo de exterminio y sobre todo por haber perdido a su esposa y a su hijita. Este compañero en muchas oportunidades había perdido la voluntad de continuar resistiendo y lo que Jacobo hizo por él, es sublime. Muchas veces lo devolvió a la vida, cuando ya parecía que no iba a poder rescatarlo. Pero Jacobo nunca se rindió y lo salvó una y otra vez compartiendo los poquísimos alimentos que podía conseguir.

Y esto es una enseñanza de vida, prueba que no hay que desesperar, nunca dejar la esperanza de que se puede lograr algo que parece imposible, porque su compañero sobrevivió y formó nuevamente una familia en Israel. Jacobo Polakiewicz se recibió de odontólogo y se perfeccionó en Francia convirtiéndose en un profesional de primerísima línea y formó una hermosa familia.
Siempre sigue aprendiendo y cultivándose. Cada uno puede elegir con qué quedarse de sus experiencias. El se quedó con la bondad y con esa filosofía vive su vida. Esta obra aclara de alguna manera la personalidad de Jacobo quien con dulzura y paz vive su vida como un tzadik (Justo).

Tomo una frase maravillosa del libro de Polakiewicz -que también citó el Prof. Em. Dr. VíctorSoriano (Z”L) en su prólogo- refiriéndose a sus salvadores: “Estos pequeños soles en el inmenso mar de oscuridad y maldad del ser humano, me llenan de esperanza en la fraterna convivencia de la humanidad”.

En este texto fue parte de nuestro sentido homenaje al tan querido Jacobo Polakiewicz (Z”L) un admirable y admirado Caballero con mayúsculas. Bendita sea su memoria, descanse en paz.-