Homenaje del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay a Irene Gut Opdyke, heroína polaca de la Shoá

Homenaje del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay a Irene Gut Opdyke, heroína polaca de la Shoá
24 junio, 2024 administrador

La meta, salvar y ayudar a  judíos: Irene Gut Opdyke, heroína polaca

 

 

Escribe: Dr. Israel Jamitovsky

Fuente: aurora-israel.co.il

 

Durante estos últimos años conspicuos historiadores israelíes y también algunos polacos de ese mismo nivel, han señalado en especial la activa colaboración  de parte de la población polaca (o en el mejor casos la mayoría fue indiferente) y en especial de  la policía polaca con el ocupante nazi, en lo que atiene a la detención y/o exterminio de judíos en su espacio. Uno de ellos fue precisamente el historiador polaco Prof. Jan Grabowski quien lo refleja con creces en su libro «En función, la participación de la policía polaca en  la exterminación de judíos». Sin embargo, hubo una honrosísima minoría de polacos y polacas- 7.232  de ellos fueron reconocidos como Justos entre las Naciones por el Instituto Yad Vashem de Jerusalén- quienes asumiendo enormes riesgos, salvaron la vida de judíos. Éste fue el caso de Irene Gut Opdyke, a cuya vida y trayectoria accedí a raíz del conmovedor film La promesa de Irene que comenzó a exhibirse el año pasado  en distintas salas del mundo y cuya trayectoria merece conocerse.

Irene Gut Opdyke nació en Polonia el 5 de mayo de 1922 en Kozienice, Polonia en el seno de una familia católica, siendo una de las cinco hijas  mujeres de la familia. Se separa de su familia y se traslada a Radom matriculándose en la escuela de enfermería, todo ello previo a la invasión nazi-soviética de 1939.Una vez acaecida la misma Irene se incorporó a la organización clandestina polaca, se oculta, pero es   descubierta  en Tarnopol por un soldado soviético quien la viola y la deja abandonada en plena nieve, pero logró superar este escollo y sobrevivir.

Después de huir varias veces y ser igualmente detenida, es enviada a un campo de trabajos forzados para la fabricación de armamento. Posteriormente   y en términos relativos las cosas le rodaron mejor.  Durante la ocupación alemana, Irene fue destinada por el comandante de la Wehrmacht Eduard Rugemer para trabajar en el hotel y cocina  que albergaba a oficiales alemanes, espacio en el cual aprendió el idioma alemán.

 

La meta, salvar y ayudar a  judíos

Fue en ese período que Irene percibió en el gueto cercano al hotel en el cual   servía,   cómo un oficial alemán arrebató a un bebé de manos de su madre judía, exterminándolo con sus propias manos. Este impune asesinato la impactó profundamente e inspirada por su fe religiosa, decidió ayudar a los judíos de su entorno en toda oportunidad que se le presentara.

En primer término, tomó secretamente comida del antedicho  hotel , logró sacar sigilosamente a judíos del Gueto de Tarnopol y en el bosque circundante les entregó alimentos. El hecho de servir la comida a la oficialidad nazi, le permitió muchas veces tomar conocimiento de   los planes de exterminio y acciones a cristalizar en poco tiempo, de todo  lo cual informó e  hizo llegar a espacios clandestinos.

 

Posteriormente el mismo oficial nazi Rugemer le solicitó a Irene que sirviera en calidad de ama de llaves a la villa que había requisado y  encargarse de todo lo relativo a la mudanza, necesidades y requisitos de la mansión.

Es en ese momento y dadas las circunstancias , es que  entonces Irene decide ocultar a los doce judíos que trabajaban en el lavadero del hotel, en el sótano de la mansión del  oficial nazi. Estos judíos salían del escondite cuando las circunstancias lo permitían y ayudaban a limpiar la mansión. La cuestión no termina aquí.

En cierto momento Rugemer descubrió dos judíos ocultos en su mansión y mantuvo el secreto de Irene. Finalmente ante el avance del ejército alemán, Rugemer huyó con los alemanes en 1944, en tanto que Irene y varios judíos lograron  llegar al sector de Alemania ocupada por los Aliados  y ella  posteriormente fue trasladada a un campo de desplazados. Es en este espacio, conoció a William Opdyke un trabajador americano de las Naciones Unidas .Irene emigró a Estados Unidos y poco tiempo después contrajo enlace con el mismo Opdyke, desempeñándose en calidad de diseñadora de interiores. La grata sorpresa fue que pudo reencontrarse con sus hermanas a quienes daba por desaparecidas.

Uno de los supervivientes de Irene fue Roman Haller, que con el tiempo sería uno de los principales líderes de la Bna’i Brith, vicepresidente del Keren Hayesod (Fondo de Ayuda a Israel), quien por su parte se hizo acreedor a la Orden de Honor por parte de la República Federal de Alemania.

Irene Gut Opdyke falleció en Fullerton, California el 17 de Mayo de 2003 a la edad de 85 años.

 

Rompiendo el silencio y valiosos ecos

Durante años Irene Gut Opsyke guardó silencio de su vivencia en tiempos de guerra, hasta que se persuadió de hacer conocer su vivencia, después que en 1975 un neonazi afirmó que el Holocausto nunca existió. Comenzó en calidad de oradora y toda su experiencia la volcó en el volumen In my Hands: Memoirs of a Holocaust Rescuer.

Como era de esperar, en 1982 Irene fue honrada por el Instituto Yad Vashem de Jerusalén como una de los Justos polacos entre las Naciones. En este contexto, cabe señalar, el antedicho exoficial nazi Eduard Rugemer fue reconocido en el año 2012 también como Justo entre las Naciones por el Instituto Yad Vashem de Jerusalén y a título de curiosidad, cabe señalar que al finalizar la guerra el mismo Rugemer fue rechazado por su mujer e hijos por la ayuda prestada a judíos.

Los homenajes y reconocimientos continuaron. El 9 de junio de 1995, Irene fue honrada con la bendición papal de Juan Pablo II, en el marco de un servicio religioso conjunto de judíos y católicos celebrado en la Sinagoga Shir-Ha-Maalot en Irvine, California. La bendición papal configuró el primer reconocimiento de la Iglesia Católica a todos sus esfuerzos desplegados durante el Holocausto y la conmovió profundamente al afirmar «Éste es el mejor regalo que puedo recibir por cualquier cosa que hice en mi vida«.

En el año 1997 , Irene visita Israel siendo recibida y homenajeada por las máximas autoridades del Estado, encontrándose también con el antedicho Roman Haller, uno de sus supervivientes.

En el año 2009 se inauguró en Broadway una pieza teatral basada en su vida y en su libro, dirigida por Dan Gordon actuando Tovah Fledshuh en el rol de Irene, en tanto que en el año 2012 la cantante polaca-británica Katy Carr compuso una canción rotulada Mala Little Flower, inspirada en su vida.

Finalmente, su historia fue llevada al cine a través de la película canadiense «La promesa de Irene», dirigida por Louise Archambault siendo el guionista Dan Gordon quien también compuso la obra de Broadway y exhibida inicialmente en el año 2023.El film acaparó grandes elogios y en especial la actuación de la   joven actriz  canadiense Sophie Nelisse que con apenas 24 años asume el rol de Irene y que según ecos a los que accedí, desplegó una interpretación magistral. En una entrevista, la actriz señaló que personificar a Irene la conmovió a fondo agregando:

»Llevo  mucho de su alma conmigo todos los días porque  cuenta una historia muy inspiradora y relevante para nuestra sociedad moderna.  Creo que estamos tan encerrados y centrados en nuestras propias vidas que ni siquiera miramos o somos capaces de percibir a las personas que están a nuestro lado».-