Escribe el Lic. Rafael ‘Rufo’ Winter, vicepresidente del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay
80 años de la sublevación en Treblinka
Como es sabido, Chil falleció en Uruguay, pero dado que había nacido en Lodz, hay hoy en el cementerio judío de dicha ciudad polaca una placa en su memoria, como se aprecia en la fotografía de portada (gentileza Semanario Hebreo)
Año tras año, recordamos en el marco de Iom Hashoá la Rebelión del Ghetto de Varsovia, de la cual ya se han cumplido 80 años.
Y esta bien. Es la «rebelión símbolo».
Pero hubo otras, quizás no tan mencionadas, pero las hubo.
Como la rebelión, revuelta o sublevación del campo de exterminio de Treblinka, de la cual también se cumplieron este miércoles 2 de agosto 80 años.
Si la rebelión en el ghetto era «casi» un imposible, en el campo de exterminio era prácticamente…imposible.
Pero se intentó. Aunque no haya podido fructificar.
«…cómo un puñado de valientes pudieron más que la máquina del horror, más que los verdugos nazis, más que el ucraniano del látigo…» escribe el ex Presidente Luis Alberto Lacalle en su prólogo al libro de Chil Rajchman «Un grito por la vida».
Y la sublevación en Treblinka esta indisolublemente asociada para nosotros, al nombre de Chil Rajchman.
De nuestro Chil Rajchman.
Nacido en 1914 y originario de Lodz (Polonia), Chil pasó distintas duras etapas de la Shoá, desde el año 1939 -invasión nazi a Polonia- hasta que fue enviado a Treblinka.
El Campo de exterminio de Treblinka era la antesala del infierno.
Entre 850.000 y 900.000 judíos fueron exterminados en Treblinka.
En los primeros meses de 1943 -y Chil Rajchman lo cuenta en detalles en su libro -cuando Treblinka ya estaba al borde de estar «vacía» de judíos, perdido por perdido, por el honor y la dignidad, los pocos que quedaban comienzan a planificar una sublevación.
Ya no había lo que perder.
En cambio hubo lo que ganar…un lugar en la historia…
Luego de postergaciones, la revuelta estalla horas después del mediodía del 2 de agosto.
Contratiempos de último momento la complicaron, la dificultaron.
Chil Rajchman fue uno de los sublevados…
Era muy difícil.
Imaginemos: si en los ghettos era difícil, en el campo de exterminio, donde quienes quedaban eran prácticamente esqueletos humanos sin esperanza de sobrevivir, las condiciones para sublevarse eran aún mucho peores.
De los pocos centenares que iniciaron la imposible revuelta, finalmente unos pocas decenas sobrevivieron.
Entre los cuales Chil Rajchman . Casi toda su familia fue asesinada durante la Shoá.
Logró finalmente escaparse a los bosques, luego llegará a Varsovia, después de la guerra a Montevideo y allí comenzará otra historia.
Volver a vivir después de Treblinka.
Chil Rajchman logró rehacer su vida.
Tuvo familia. Mujer -la querida, inolvidable Lila- hijos, nietos, bisnietos.
Integró nuestro Centro Recordatorio del Holocausto, institución por la cual mucho realizó, siendo designado Presidente de Honor de la misma.
Hizo el recorrido de «Marcha por la vida» junto al entonces Presidente de la República, Luis Alberto Lacalle, uno junto al otro.
Como ya fue dicho, el ex Presidente escribe el prólogo del libro de Chil.
Chil Rajchman sobrevivió a la muerte.
«Si: sobreviví. Y me encuentro ahora entre los hombres libres. Pero muchas veces me pregunto ¿porqué? para ser el fiel testimonio de la inocente sangre derramada, para poder contar cómo millones de seres humanos fueron sacrificados por brutales, execrables, innominables asesinos. Sí, sobreviví. Sobreviví para testimoniar sobre el terrible matadero que fue Treblinka».
En más de una ocasión, Chil fue llamado a testimoniar en el juicio de criminales de Treblinka, como Iván Demianjuk. Que en su momento fue insólitamente liberado por «falta de pruebas». Chil, en cambio, lo reconoció como el asesino buscado.
Tal como lo dijo en su momento, «Demianjuk sabía quién era yo y yo sabía quién era él».
Tuvimos el privilegio de conocer a Chil.
Conocimos a un hombre bondadoso, cálido. De hablar pausado, tranquilo. Pero firme.
Un gran ser humano, un gran judío.
Un héroe del pueblo judío y no por el hecho de haber sobrevivido, porque quienes no sobrevivieron también lo fueron.
Escribió una página dorada en la historia judía.
La revuelta en Treblinka, 2 de agosto de 1943, estará para siempre asociada a su nombre…-/