La directora del Museo de la Shoá de Uruguay visitó la Escuela Nº302, ubicada en el Barrio Lavalleja
Este año es muy especial para nuestro Museo; por el momento la exposición museística no fue reinaugurada aún y estamos trabajando intensamente para que pronto podamos volver a hacerlo.
El contacto con las instituciones educativas continúa y las visitas a las mismas son oportunidades de seguir con nuestra misión: enseñar a las futuras generaciones que la intolerancia y el odio nunca deben ser una respuesta y no ser indiferentes al sufrimiento de otro ser humano.
Hemos hecho varias visitas necesariamente fuera del museo y así llegamos el viernes 26 de julio a la Escuela Nº302, convocada por la maestra Estefany Cuello.
Me estaban esperando y sus caritas de alegría al verme generó en mi un sentimiento de alegría inmensa de estar allí con ellos y su maestra.
Compartí con ellos la historia de mi padre Samuel Veinstein (Z’L) y volví una vez más a sorprenderme con estas vivencias, de un niño en la Shoá que fue mi padre.
Ellos estuvieron muy atentos concentrados, escuchando mi relato y también preguntando sobre lo que no comprendían, es que es difícil concebir tanto odio y Maldad con mayúscula, es difícil para los adultos, imagino que para ellos aún más.
Me fui de la escuela con un sentimiento que es complicado de explicar, alegría, emoción y sobre todo sentir que deje en cada uno de los niños una pequeña huella por la Memoria de la Shoá, por la memoria de mi padre y también la de mi hijo Sebastián Taranto, bendita sea su Memoria.
Agradezco a la maestra y los niños el recibimiento y el dulce regalo de los bombones que entre todos los niños me compraron que me endulzaron la tarde cuando salí de la escuela.-