Compartimos el sentido discurso de Roby Schindler, presidente del Comité Central Israelita del Uruguay
Desde el mes de setiembre, Montevideo, y más precisamente la zona cercana al Faro de Punta Carretas, tiene una calle con el nombre de Ana Vinocur, homenaje a la sobreviviente de la Shoá radicada en Uruguay en 1947. En el acto, en el que estuvieron presentes autoridades nacionales, departamentales y comunitarias, hicieron uso de la palabra Rita Vinocur, hija de Ana y presidenta del Centro Recordatorio del Holocausto, el Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay (CCIU) Roby Schindler, la presidenta de la Junta Departamental de Montevideo Patricia Soria, la alcaldesa del Municipio CH Matilde Antía y el Intendente interino de Montevideo Federico Graña, además de Carina Fernández del Equipo de Equidad de Género y Adriana Balcarcel, 2ª Vicepresidenta de la Junta Departamental.
A continuación, el sentido discurso de Roby Schindler, Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay:
«Nuestra querida Rita me pidió que yo compartiera unas palabras en nombre de la comunidad judía.
No sé si ella sabía que yo nunca conocí a Ana personalmente, pero como nada es casual, esta situación que en lo previo podía parecer incómoda, me permitió conocer a Ana de diferentes maneras.
Es más, ya se ha destacado tanto su persona, su figura, su personalidad, que yo quisiera enfocarme en un aspecto diferente sobre Ana Vinocur, y este acto de recordación de su vida y obra.
Los judíos hemos desarrollado el músculo de la memoria de tal forma, que una personalidad como la de Ana Vinocur, no iba a pasar desapercibida así nomás, aun después de su desaparición física.
Siempre pienso que no debe haber mayor orgullo para el ser humano y su familia, que el de perpetuar su nombre, y esto solo ocurre cuando nos encontramos con un ser de luz, como el de Ana.
Ella, con su clásica rebeldía, honró la memoria de 6 millones de judíos, al ser de las primeras en animarse a contar y escribir sobre el horror que había vivido durante la Shoá.
Para que una escuela lleve tu nombre, para que estudiantes de diferentes edades y generaciones hayan escuchado tus vivencias, experiencias y enseñanzas, para haber escrito los libros que escribiste, y ahora, que una calle de nuestra capital lleve tu nombre, eso te convierte en una diferente.
Mujer coqueta, de carácter fuerte, con una personalidad extraordinaria, gran cantante, que siempre priorizó a la familia, y nunca transmitió un sentimiento de odio ni de venganza, a pesar de lo que le tocó vivir en los campos de concentración y exterminio, hacen que te conviertas en un gran ejemplo de resiliencia para todos nosotros.
Hace poco aprendí que la palabra recordar, viene del latín “recordari”, formado por el prefijo Re, que denota “repetición”, y Cordis, que quiere decir “Corazón”.
Recordar es mucho más que tener presente en la memoria. Recordar, tal como lo concibo yo, es volver a pasar un evento por el corazón.
Cuando recordemos a Ana Vinocur no evocaremos apenas un hecho, sino que resignificaremos ese “recuerdo de Ana”, con la pretensión que nos atraviese el corazón para que nos enseñe a amar al prójimo, como a nosotros mismos, tal como ella hizo siempre.
Ana Vinocur, mujer, hija, hermana, madre, abuela, tía, judía, polaca de nacimiento y uruguaya por adopción, hablar con quienes te conocieron, leer tus libros y aprender sobre vos, me hacen sentir orgulloso de ser uruguayo y judío.
¡Que tu memoria sea bendita!
¡Y tu recuerdo, nuestra inspiración!»-
Fuente: https://cciu.org.uy/
(Texto publicado en las redes sociales del CRHU el 27 de setiembre del 2024)