Ana Jerozolimski. Publicado en Semanario Hebreo el 9 de mayo de 2019. A Sergio Gorzy se lo conoce ampliamente dentro y fuera de la colectividad judía uruguaya, por su personalidad, su pasión por la Celeste, su cámara infaltable en los Mundiales, sus programas deportivos por radio y televisión y los dos años en los que se desempeñó como Presidente del Comité Central Israelita. Lo que menos probablemente no todos conozcan, es el trabajo voluntario que realiza al frente de la Fundación “Escuelas Vinculadas”, en pro de cinco escuelas públicas y un jardín de infantes. Junto a otros cuatro compatriotas, todos uruguayos judíos-dos de ellos residentes en Brasil-lleva adelante la fundación creada hace poco más de un año, cuyo trabajo deja huella, porque aportar a los niños, es mejorar el presente y futuro del país. Junto a Sergio está William Rozenbaum (desde Brasil), al frente del Consejo Directivo, el cual está integrado también por Mónica Rozenbaum y Adriana Friedmann (en Brasil) .La Coordinadora General es Patricia Albojer, a quien conocemos también de otro proyecto voluntario hermoso que ya lleva unos años, “Mimochi”. Mónica es psicopedagoga con experiencia escolar y hospitalaria, Adriana es educadora, consultora especialista en educación e infancia y Patricia es Maestra y Psicóloga con especialización en niños y adolescentes. Conozcamos el trabajo de todos ellos, a través de la entrevista con Sergio Gorzy
P: Sergio, es un gusto estar en contacto contigo nuevamente, esta vez sobre un tema distinto y me atrevo a decir menos conocido: tu papel en la Fundación Escuelas Vinculadas. Esta fue creada para aportar a distintos niveles a escuelas públicas uruguayas y es algo relativamente reciente. Lo primero, ineludible-aunque todos pueden leerlo en la página de la fundación- es preguntarte cuál es la meta de esta fundación.
R: Escuelas Vinculadas comienza a funcionar el año pasado, pero la idea ronda hace mucho tiempo. Cuando en 2014 fui elegido para presidir el Comité Central Israelita, sabiendo que mi mandato sería dos años, comencé a explorar cuál podría ser mi vinculación después que terminara. Allí fue que pude conocer más de cerca las escuelas públicas que han recibido nombres que tienen que ver con la historia judía. Visitándolas me encontré que en todas se hacían referencia a acciones que, a veces en forma organizada, y a veces en forma individual, habían desarrollado instituciones o personas de nuestra colectividad a lo largo de los años. Me dolía ver que en algunos casos hacían referencia a situaciones que recordaban con cariño y agradecimiento, pero habían sido demasiado tiempo atrás y que la relación se había discontinuado. Allí fue que se me ocurrió que se podría crear una fundación que apadrinara a esas escuelas, y a su vez generara en la sociedad un ejemplo para que otras colectividades hiciesen lo mismo, si es que ya no lo hacen, o que embajadas y empresas de distintos países radicadas en Uruguay, siguieran nuestro camino con la excusa del nombre de la escuela. Todas las escuelas son igual de importantes, el tema era encontrar un motivo para elegir un grupo de ellas, en este caso los nombres, y poder realizar un trabajo serio y ordenado que dé sus frutos.
P: Es una hermosa combinación. Lo primero, ayudar a escuelas públicas, acompañarlas y estar atentos a sus necesidades. Y además, combinarlo con el común denominador de la temática que como colectividad judía nos toca en especial el corazón.
R: Así es. Te diré que nos presentamos en el Consejo de Educación Primaria y fuimos recibidos con alegría y entusiasmo. No nos metemos en lo curricular ni en temas que no tengan que ver estrictamente con las necesidades que surgen de los relevamientos realizados. No pedimos nada a cambio y siento que con esta idea cumplo con hechos lo que dije en palabras en la fiesta de Rosh Hashaná en setiembre de 2015 al Presidente Tabaré Vázquez, con la presencia de ministros y ex presidentes. Allí expresé en mi discurso algo así como que la colectividad judía del Uruguay cumple 100 años de vida institucional. En las primeras décadas, el sentimiento fue de agradecimiento al país por habernos recibido con los brazos abiertos y habernos integrado sin restricciones en todos los ámbitos, pero ya no corresponde agradecer más, ya que somos parte del país. Somos uruguayos de 2, 3 y 4 generaciones. Ya no podemos pedirle más nada al país, nada nos es ajeno, y por eso me tomo la atribución de anunciar que estamos a las órdenes para colaborar en lo que sea para juntos hacer un país mejor para todos. Es hora de “dar”. Siento que Escuelas Vinculadas es nuestra forma de cumplir con esa premisa.
P: Me acuerdo perfectamente de esas palabras que pronunciaste, porque además fueron conceptos clarísimos que aparecieron también en más de una entrevista que me concediste a lo largo de los años. Sergio, los desafíos con los que lidiar en la sociedad civil son numerosos y sin duda en el campo de la educación pública hay un reto especial. ¿El que esta fundación se aboque a ello es por lo grave de la situación en la educación pública, a vuestro criterio, o simplemente porque en los niños está el futuro y pues es mejor invertir esfuerzos en ellos?
R: No se trata de situación grave o no. En todo el mundo lo público recibe apoyos del resto de la sociedad. La función de quienes llevan adelante la educación pública es infinita y nunca va a ser suficiente. Nuestra función, si se me permite el término en idish, es de hacer “shidaj” (unión), entre quienes quieren apoyar y quienes precisan apoyo. No nos compete opinar ni juzgar la situación actual, y me parece que en lugar de sentarnos a señalar con el dedo lo que hacen o dejan de hacer las autoridades, lo que pretendemos es estar a la orden y promover ideas que sean posibles y realizarlas. Estamos convencidos que en nuestro país se hacen cosas muy buenas, existen muchas organizaciones con una capacidad de ayuda enorme, y queremos llevar estas experiencias y oportunidades a las escuelas con las que trabajamos.
P: ¿Qué es lo que ya han hecho Sergio?
R: Empezamos haciendo dos cosas. Por un lado conocer a las escuelas, visitarlas, escuchar a los directores y maestros, para entender dónde podía ser beneficioso nuestro aporte. Al mismo tiempo, nos contactamos con diferentes organizaciones y profesionales de trayectoria en Uruguay, con proyectos que puedan ser interesantes de llevar a las escuelas. Ambas tareas son permanentes. A medida que afianzamos vínculos y conversamos con los diferentes integrantes, van surgiendo propuestas y todas las semanas descubrimos nuevas instituciones fantásticas que pueden apoyar a “nuestras escuelas”. En este año y poquito de historia, hemos hecho mucho. Hemos concretado alianzas con universidades y organizaciones muy importantes de nuestro país, brindando nuevas experiencias para los niños y oportunidades de formación para los docentes. Se han realizado intercambios entre escuelas, y actividades en diferentes áreas como arte, deporte, educación, salud y recreación. Con muchas de las instituciones de nuestra colectividad nos hemos vinculado creando interesantes proyectos en pro de los niños. Dichas alianzas resultaron muy fructíferas y este año volvemos a aunar esfuerzos con dichas organizaciones. También, aunque no es en lo que queremos hacer foco, se han logrado ciertas mejoras edilicias, pintando escuelas y recibiendo donaciones de materiales y mobiliario.
P: A pesar de la crisis en el área de la educación, que no es secreto para nadie ¿dirías que la escuela pública sigue siendo un motivo de orgullo para el país?
R: Cuando tienes el privilegio de recorrer escuelas, algunas de ellas en zonas de contexto crítico, te das cuenta que hay gente que no conocemos que hace un trabajo invalorable, hay niños que todos los días crecen con alegría e ilusión, y hay desafíos que alguien debe encarar. Al lado de esos desafíos estaremos nosotros. Viendo esas maestras, esos maestros, esos voluntarios, esos niños, te digo que para mí, desde ese punto de vista, sigue siendo un motivo de orgullo la escuela pública.
P: Vuestro esfuerzo se vuelca en algunas escuelas públicas. Son como muchas otras escuelas públicas del país. Pero tienen una particularidad: todas llevan nombres ligados a Israel o el pueblo judío, como bien dijiste en la introducción. Es una linda forma de destacar vuestro vínculo emocional con temas que son cercanos al corazón de los judíos uruguayos. Estoy segura que conoces bien a esas escuelas, también de tus años al frente del Comité Central Israelita. ¿En qué inciden, a tu criterio, los nombres que llevan, en su actividad, en sus mensajes?
R: Sin duda, que una escuela se llame Ana Frank, Albert Einstein, Golda Meir o Ana Vinocur, tiene un gran impacto. Cada una de estas personalidades se destacó en la historia, nos enseñaron y nos siguen enseñando mucho. Nos emociona escuchar el himno de Israel, en las escuelas que llevan su nombre, cantado por niños y maestros con mucho respeto y cariño. Te voy a contar algo que nos pasó el año pasado… Nosotros empezamos a trabajar con 5 escuelas y, por medio de la Embajada de Israel, nos enteramos que había un jardín en Casavalle que tenía el nombre Golda Meir hace varios años pero no lo utilizaban. Poca gente en el barrio sabía que se llamaba así. Nos comunicamos con la directora y nos dijo que no conocían mucho de la historia de esta mujer. Así fue que le pedimos una oportunidad para reunirnos con el personal del jardín. Invitamos a Esther Ribas, quien realizó una capacitación en Israel y fue directora del jardín cuando se eligió el nombre. Relató con mucha calidez, cómo fue el proceso de elección.
P: ¿Qué planes hay en el horizonte? R: Para este año buscamos seguir creciendo. Ya estamos implementando nuevos proyectos, ampliando nuestro alcance y comenzando a implementar alguna propuesta propia. P: En todo este tipo de cosas siempre es bueno, me imagino, tender redes. ¿A quiénes se dirigen para multiplicar aquí esfuerzos? R: Escuelas Vinculadas no podría existir si no tendiéramos redes. Nuestro trabajo implica “vincular”, vincular instituciones de toda índole, ya sean públicas o privadas, para así crear un círculo virtuoso que redunda en el bien de los niños. En este camino, hemos conocido mucha gente que quiere hacer acciones solidarias pero no sabe cómo ni a dónde recurrir. Allí nosotros encontramos un nicho para así vincularlos y colaborar. Desde el comienzo, se ha hecho un trabajo exhaustivo de diagnóstico en cada escuela. Nos hemos encontrado con distintos profesionales e instituciones del medio tanto académico como no formal, que brindan su saber y experiencia en distintas áreas, complementando la labor que realizan los docentes. También se han acercado a nosotros empresas que a través del área de Responsabilidad Social, han realizado varias acciones como pintar las escuelas o invitar a los chicos al cine.
P: Una fundación necesita dinero para poder llevar a cabo proyectos. ¿Quién dona? ¿Cómo se hace para aportar, por si algún lector quiere hacerlo? R: Recibimos donaciones de particulares, así como también otras personas nos donan materiales o sus horas de trabajo. Toda la ayuda es bienvenida y recibida con alegría. Todo el que desee apoyar a la fundación, puede entrar a nuestra página y contactarse con nosotros. Seguro vamos a encontrar la mejor escuela en donde poder volcar su colaboración. P: ¿Dirías que el trabajo de la fundación suple algo que el Estado debería hacer? R: Cada vez se le exige más a la escuela y se espera que cumpla funciones que antes le correspondían a la familia o a otros actores. Muchas de las escuelas con las que trabajamos atienden población en situación de vulnerabilidad, por lo que se requieren mayores esfuerzos. Nuestra idea es apoyar y complementar la tarea docente en este gran desafío que implica educar en estos tiempos. También contamos con la presencia de Roberto Cyjon, quien gracias a su sapiencia y su didáctica creó un ambiente tan rico donde relató la historia de la gran “Golda Meir” y todo el contexto histórico de la época. Comprobamos las similitudes de la vida de Golda con algunas madres luchadoras del barrio. Cómo esas madres quedaron prendidas de esa historia. Quedamos muy contentos de que decidieron apropiarse del nombre del jardín y que aportamos un pequeño granito de arena en este camino.
P: Qué divina esa historia… ¿Alguna vivencia especial que valga la pena compartir? R: En este corto aunque rico lapso de trabajo los integrantes de Escuelas Vinculadas, junto a las instituciones que nos apoyan, trabajamos en forma mancomunada. Todas trabajamos con ahínco, dedicación y convicción de que cada uno desde su lugar puede aportar a nuestra sociedad. Nos gustaría destacar la labor de los bogrim (jóvenes) de las Tnuot (instituciones juveniles). Ellos se brindan a nuestras escuelas de una forma cálida, eficiente y responsable con su trabajo en pro de los niños. Sabíamos de las cualidades de estos chicos pero desde el año pasado podemos apreciar el grado de seriedad y compromiso que marcan cada jornada que asisten a las escuelas. Las maestras y directoras quedan sorprendidas de su trabajo y nos han pedido instancias de formación como tienen ellos. Los niños los esperan ansiosos para compartir esos momentos de aprendizajes y juego.
P: Hermoso. Felicitaciones pues Sergio por esta iniciativa, y a todos los que te acompañan en la Fundación, por el trabajo que realizan. Les deseo que sigan aportando a ver más caritas felices. R: Muchas gracias Ana. Que así sea.