Homenaje del CRH a la vida de Sebastián Taranto Veinstein (Z’L)

Homenaje del CRH a la vida de Sebastián Taranto Veinstein (Z’L)
11 abril, 2021 administrador

El homenaje del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay a Sebastián Taranto (Z’L)

 

Foto, izquierda a derecha: Sandra Veinstein y su hijo, Sebastián Taranto, junto a Rita Vinocur. El aporte profesional y técnico de Sebastián fue clave en las transmisiones que realizó el CRH a través de la Red LAES para toda América Latina.

Escribe: Prof. Rita Vinocur, directora del Museo de la Shoá de Uruguay

Publicado en Semanario Hebreo el 10 de abril de 2021

 

¿Cómo es posible transmitirle algo de consuelo a la familia de Sebastián Taranto (Z”L), en hebreo Ahron Haim Ben-Sara, cuando el dolor propio es inconmensurable?

Haré lo mejor posible en nombre del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay y en el mío propio, por su familia y sobre todo por mi adorada Sandrita con quien comparto tantas horas de mi vida trabajando a diario con tanta intensidad y cariño.

Sandra Veinstein, subdirectora del Museo de la Shoá de Uruguay, con alumnos de la escuela N° 51 Ana Frank.

 

No puedo ni empezar siquiera a imaginar, el dolor de la familia de Seba. Necesito expresarme y me siento como una niña balbuciente que no sabe qué poner ni qué decir.

Para poder pararme en mis propios pies, debo creerlo y todavía no puedo porque me invaden sentimientos que son míos y son también de tantos que estoy en una nube de condolencias, me llaman, me lloran en el teléfono, me escriben con dolor y con amor por la familia Taranto Veinstein. Y esa nube del dolor de tantos, me envuelve.

Nuestro grupo del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay siguió cada día y cada hora todo el proceso, al igual que tantísimos otros y nuestra pena por nuestra abnegada Sandra es el de un grupo que sabe muy bien el valor de esta familia adorada. Y es una comunidad entera y siento a veces por el conocimiento de tantos grupos que estuvieron pendientes como si el país entero lo sintiera en la médula. Estoy recibiendo condolencias de todo tipo, permanentemente. Es algo que no para. Han orado por él judíos en lo que llamamos grupos de tehilím, infinidad de ellos y gente en solitario, católicos en rondas de oración, adventistas, gente no creyente le hacía reiki a distancia, gente que le hablaba en soledad, “dale Seba tú podés, fuerza, ¡no te vayas!” Amigos de Argentina, de diferentes edades, agrupaciones, muchos sin conocerlo siquiera… La mejoría de Seba fue un clamor, gente en vilo esperando que pudiera lograrlo: “¿cómo sigue Seba? Refua shlema Ahron Haim Ben Sara Amén”. Rara vez he visto algo de tal magnitud. Y el último día estaba un poquito mejor y realmente pensábamos que lo peor había pasado.

Cuando me contaron el horrendo final, comprendí el significado real de la palabra estupor, de la palabra paralizarse, del concepto de no creer lo que se decía, aunque se supiera que por supuesto era cierto. Media hora así en ese estado, dolor de estómago, debilidad por esta pérdida de un ser maravilloso, un hijo abnegado, un muchacho que hacía bien a la sociedad y al mundo, que tenía todo por hacer, 28 años… Y otra vez pensar en la familia. Es lo que más cuesta. Rabia… impotencia… gente divina.

Quisiera estar a los pies de Sandra y quedarme ahí para expresarle sin palabras lo que siento y ni siquiera eso se puede por el COVID. Y todos la queremos a ella y familia, Elías, Mauricio con la felicidad que le dieron junto a Aline y su nietita adorada Noita. Con el alma queremos que esta nueva vida les brinde algo de consuelo, de luz y en un futuro vuelvan las sonrisas. Aunque ahora parezca impensable es nuestro anhelo profundo que así sea.

Los amigos del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay, durante la reinauguración del Museo de la Shoá de Uruguay, a fines del 2019.

Estaremos siempre aquí a vuestro lado y esperamos con ansias el momento de poder abrazarlos.

Este COVID perverso que se lleva vidas preciosas como la de Seba, como si fuera un monstruo gigantesco, un tsunami que en pocos días se lo robó, no debe arrasar las vidas que quedaron, no es lo que querría Seba. ¡Fuerza querida familia Taranto Veinstein, mucha fuerza!-