Los niños de Jazit Hanoar y Macabi Tzair recibieron la visita de Rita Vinocur y Sandra Veinstein
El pasado sábado 30 de abril, día de conmemoración de Iom Hashoa en Jazit Hanoar, tuvimos el honor de contar con Rita Vinocur, hija de la sobreviviente Ana Vinocur (Z’L) en nuestra tnua (grupo juvenil).
Los janijim (niños) más grandes tuvieron la oportunidad de escuchar el relato de la historia de su madre: desde sus días en el guetto, hasta la llegada a Auschwitz y su posterior liberación y arribo a nuestro país. Una historia sumamente conmovedora y aún más siendo contada por su propia hija.
La charla fue un momento único y sumamente gratificante para nuestros janijim (niños), quienes se vieron muy conmovidos por el relato. Esta experiencia no solo permitió honrar la memoria de los sobrevivientes, sino también motivó a los janijim (niños) a tomar acción a futuro, responsabilizándose por mantener viva la memoria, como lo hizo Rita con su madre.
«Perpetuando la Memoria de la Shoá una vez más», escribe Sandra Veinstein, subdirectora del Museo de la Shoá de Uruguay
El Movimiento Juvenil Macabi Tzair, se comunicó con el Centro Recordatorio del Holocausto, a través de la Prof. Rita Vinocur, para solicitarle si era posible convocar a un sobreviviente o hijos de sobrevivientes, para el sábado 30 de abril. Fue así que coordinamos el encuentro con un grupo numeroso de bojrim (líderes) y janijim (niños) que participaron del mismo.
Durante la presentación los niños y jóvenes permanecieron atentos escuchando el relato. El título de mi exposición es muy significativo: «Un niño en la guerra, un niño y la Shoá, mi padre». Mi voz ya hace tiempo que relata las terribles vivencias de mi padre Samuel Veinstein (Z’L).
La voz de él estuvo presente ya que compartí dos vídeos muy especiales uno de ellos cuenta el momento en que los nazis junto a los rumanos bombardearon su pueblo, Hotin, aquella noche fue el comienzo de la Shoá, para aquel niño de solo 6 años, aquella noche lloro y sintió el miedo, el miedo de todos los que corrían en busca de un refugio.
Al final de mi relato, aparecieron las preguntas y quiero compartir con ustedes una de ellas: «¿Qué le pasó a el hermano de tu padre?». Yankel se llamaba, sobrevivo a la Shoá, encontró la muerte en un río en Hungría, su cuerpo nunca apareció, se lo trago el río. Mi padre decía que él había muerto a consecuencia de la Shoá, no está dentro de los 6 millones, no lo puedo inscribir en ningún lugar para recordarlo, cuántas personas murieron después de la Shoá como resultado de la misma.
Mi mensaje final tiene que ver con la esperanza en el futuro, el pueblo judío es el pueblo de la Memoria, una memoria activa que recuerda siempre a las víctimas y a los sobrevivientes.
Agradezco a Hebraica Macabi por convocarnos, comprendiendo que la escucha de los relatos de los sobrevivientes son importantes para preservar el Legado de la Shoá.-