La invitación fue realizada por Judith Grobert y Karen Chesler, representando al Kerem Kayemet LeIsrael con el nexo de  Escuelas Vinculadas

Escribe Prof. Rita Vinocur, directora del Museo de la Shoá de Uruguay

Publicado en Semanario Hebreo el 27 de mayo de 2022

Es sabido que cuando las emociones son realmente muy fuertes, es muy difícil plasmarlas en palabras, pero hay que intentarlo y que el corazón fluya. Seré breve porque a continuación seguirá escribiendo quien me invitó a hacer la actividad en la Escuela Nº 359 Ana Vinocur: Judith Grobert junto a Karen Chesler, representando al Keren Kayemet LeIsrael con la supervisión de Escuelas Vinculadas.

Ante todo, agradecer por la divina invitación y por darme la oportunidad de vivir momentos memorables que jamás olvidaré.

Me había sugerido Judith si me parecía bien dar una charla a 6º año y le respondí: ¿Por qué no 5º y 6º? y después le dije: ¿Qué te parece si mejor reunimos a toda la Escuela? Y la Directora Alejandra Febles lo aprobó casi sin excepción.

El recibimiento fue de una calidez maravillosa, directora y personal docente, una energía positiva que ya daba pie a comenzar la actividad con toda la polenta.

Luego los niños… bueno… no se puede transmitir en palabras ese cariño tan fuerte… No se movía ni una mosca en la charla que tenía un power point con fotos de mamá inclusive antes de la guerra -las que mi abuela había enviado a parientes que residían en Uruguay antes de la Shoá –Holocausto-. Y la canción del ghetto, emocionante, Ana fue y es una intérprete que llega al alma. La participación de Judith y Karen excelente. Y al finalizar las despedidas de la escuela entera con los abrazos de los niños fueron algo indescriptible; esa necesidad del contacto directo fue impresionante.

Gracias vida por esos momentos en los cuales el mensaje por la memoria y el presente se sintieron vívidamente y con fuerza. En los niños están nuestras esperanzas de un futuro más compasivo, menos discriminatorio y si a través de la historia de Ana Benkel de Vinocur (Z’L) podemos lograr algo aunque sea, especialmente en la Escuela que lleva su nombre, ya vale la pena todo el esfuerzo y mientras se haga con amor y de manera auténtica va a seguir llegando su mensaje.

¡Arriba ese personal docente y sobre todo arriba esos niños que de alguna manera siento como mis niños!

Por Judith Grobert

Como educadores y adultos responsables y comprometidos, transitar junto a los niños una fecha tan especial como lo es Iom HaShoá, requiere un esfuerzo emocional para planificarlo, donde el cuidado y respeto con el que se maneje, influirá directamente en los sentimientos de los chicos, tales como tristeza, enojo, indignación, pero también confianza y esperanza. En los talleres que ofrecen los voluntarios de Keren Kayemet LeIsrael, quienes desde hace unos años -apoyados por la organización de Escuelas Vinculadas- visitamos la escuela Ana Vinocur, donde se vienen realizando talleres de Arte, Huerta y demás; cuyos objetivos principales tienen que ver con los valores que trabajamos día a día en nuestra ONG para definirlo en dos palabras: Tikún Olam (reparar el mundo).

En esta oportunidad, y con la intención de que los niños conozcan acerca de la vida de la persona cuyo nombre lleva con orgullo su hermosa escuela, invitamos a Rita Vinocur para compartir los relatos y vivencias de su mamá Ana Benkel de Vinocur (Z’L).

Fue una tarde donde se vivieron momentos muy emotivos cargados de preguntas historia, sentimientos encontrados y recuerdos. Los chicos pudieron observar imágenes familiares y hasta escucharon en idish una canción sobre el Ghetto ¡¡¡interpretada por la misma Ana!!! Los niños también sorprendieron a Rita (hija de Ana) con hermosas carteleras donde se puede reconocer familiares y afectos muy cercanos a la familia Benkel-Vinocur. Esto generó en los presentes y en Rita especialmente una profunda emoción y agradecimiento. Los niños junto a sus maestras se habían preparado con esmero para recibir a la hija de Ana. La directora, Alejandra Febles, muy sensibilizada por lo vivido esa tarde, nos contó posteriormente, acerca de la empatía que causó en los alumnos todo lo relatado por Rita, por lo que vivió su mamá, su familia, y también por lo que ella misma como hija le tocó enfrentar en su infancia y adolescencia.

Será un día inolvidable para los que estuvimos allí presentes y pudimos vivenciar una fecha que fue honrada en una escuela con niños de ojos húmedos, mentes inteligentes y curiosas con deseos de saber más, donde “la voz” de Ana llegó a todos ese día, donde el abrazo hacia Rita se tornó infinito y se pudo sentir de corazón a corazón, “estamos contigo”.-