Domingo 18 de diciembre a la noche.

25 de Kislev por calendario hebreo.

Comienza Janucá, con el encendido de la primera vela.

Festividad histórica: recuerda la heroica gesta de los Macabeos contra los ievanim (griegos) para obtener la independencia política y la libertad espiritual.

Los acontecimientos ocurrieron en el siglo II AEC.

Como tantas veces, éramos pocos contra muchos. Como tantas veces…

Pero los Macabeos triunfaron. Duras batallas, pero triunfaron.

Y se logró-aunque por poco tiempo-el objetivo.

Pero al mismo tiempo, Janucá está muy asociado a lo espiritual.

La reinauguración del Templo profanado -por eso «Janucá» que significa «reinauguración»- y el «milagro del frasco de aceite» que finalmente alcanzó para encender el candelabro para ocho días.

Por eso la festividad dura ocho días.

Y por eso el candelabro -Janukia- tiene ocho brazos (más un agregado, Shamash, servidor, con el cual se prenden las ocho velas).

El encendido se hace de manera progresiva: la primera noche es una vela, cada noche una vela más y recién la última noche se encienden todas.

La victoria de los Macabeos aseguró la continuidad del judaísmo.

Porque enfrente había un enemigo muy poderoso, no solo en el plano militar sino por sobre todo con una cultura muy influyente y absorbente….

Sí: era también una confrontación judaísmo-helenismo.

El milagro de Janucá tuvo lugar por el coraje macabeo y la fuerza del espíritu.

Ambos son imprescindibles para la continuidad del judaísmo.

¡JAG JANUCÁ SAMEAJ!