Sebastián Taranto (Z’L), postales de vida de un colaborador invaluable del Museo de la Shoá de Uruguay

Sebastián Taranto (Z’L), postales de vida de un colaborador invaluable del Museo de la Shoá de Uruguay
11 abril, 2021 administrador

Entre la vida de Sebastián Taranto y el llamado urgente hoy

 

 

Escribe Ana Jerozolimski, publicado en Semanario Hebreo el 10 de abril de 2021

 

Dicen que cuando alguien es recordado, no termina de morir jamás. Si lo sabremos quienes hemos perdido a un ser querido cercano. Claro que el recuerdo no nos permite abrazarlo, pero el olvido sería el dolor a la enésima potencia. Por eso, ante la terrible noticia del fallecimiento de Sebastián Taranto (z”l), Ahron Haim Ben-Sara, tras varios días de internación en CTI por COVID-19, cuando tenía tan solo 28 años, quisiéramos hacer nuestro pequeño homenaje y compartirlo con todos aquellos que lean estas líneas.

Tal cual mencionamos en el editorial que acabamos de escribir sobre él, no conocimos personalmente a Sebastián, aunque sí nos escribimos una vez, por algo muy puntual. Por lo tanto, no es su biografía lo que escribiremos aquí, sino sólo unas pinceladas.

Sebastián era Licenciado en Ciencias de la Comunicación Audiovisual y amaba el campo que había elegido, al que ya se dedicaba por cierto laboralmente, mostrando, según nos ha contado gente que trabajó con él, sensibilidad y originalidad.

Era un muchacho muy familiero, buen hijo de sus padres Sandra y Elías, hermano menor de Mauricio, quien con su esposa Aline trajeron al mundo a Noa hace pocos meses y lo convirtieron en tío.

Tenía una profunda conciencia sobre la importancia de transmitir la memoria de la Shoá, siendo nieto de don Samuel Veintein (z”l), su abuelo materno, sobreviviente del Holocausto, que era un niño cuando los nazis entraron a su pueblo. Adoraba a su zeide, su abuelo, y lo manifestaba también en las redes, la forma moderna de expresarse.

Samuel Veinstein (Z’L), sobreviviente de la Shoá junto a su nieto Sebastián, quien presentó un documental audiovisual sobre la historia de su abuelo como tesis para graduarse en la Licenciatura en Comunicación en la Universidad ORT de Uruguay.

Y por supuesto, no sólo a él. Aquí, con sus abuelos maternos.

Como  nieto de un sobreviviente, Seba tenía esa conciencia sobre la importancia de la memoria. Pero eso no significa automáticamente que uno se involucra. Es cuestion de encare, de actitud. Él sí.

Años atrás reproducimos en la edición impresa del Semanario Hebreo una nota del semanario sanducero ONCE de Mauro Goldman sobre una actividad del Proyecto Shoá en Paysandú, en la que Sebastián participó.

Fue en el liceo número 5 y contó con la participación de  Marcel Birnfeld, Sebastián Taranto y Melanie Tetman.

Con el Profesor de la clase y el equipo de voluntarios de Proyecto Shoá.

 

Los liceales sanduceros, atentos a la actividad.

“La exposición de los chicos fue realmente muy atractiva, sin tiempo para el tedio e interactiva. El silencio de los estudiantes fue una clara demostración del interés que hubo pero destacamos el nivel de la exposición”, escribió Goldman. Contó que ese mismo día, el equipo de Proyecto Shoá fue al Instituto de Formación docente y en 4 terceros del liceo 5.

Seba era un joven involucrado, con compromiso.

De más está decir cuánto dolor y estupor envuelve en estos momentos a quienes fueron parte de la vida de Sebastián, más allá de su propia familia. O sea, sus amigos y compañeros del Yavne, donde estudió, y del movimiento juvenil Betar, donde no sólo activó sino también fue madrij, líder, dejando una clara impronta en los niños que formaban su grupo y en los de su propia generación.

Así lo manifestó Betar Uruguay en Facebook.

Y también, claro está, entre los compañeros de trabajo y amigos de sus padres.

Hace muchos años, Sebastián (derecha) y su hermano mayor Mauricio, con su abuelo Samuel Veinstein (Z’L)

En su memoria, sabiendo del dolor que desgarra en estos momentos a su familia, nos permitimos dirigirnos a todos los jóvenes que van a bares o a cualquier otro lado que no tiene importancia ninguna, simplemente  porque no están cerrados. A los que se reúnen en la rambla o donde sea, en las plazas, los parques, a tomar, sea mate o alcohol.  No esperen a prohibiciones del gobierno. Recuerden que esto es peligroso, que el maldito virus no perdona a nadie, y que también ustedes pueden contagiarse. Recuerden que cuidarse no es sólo a ustedes mismos sino a vuestros padres, abuelos, hermanos, sobrinos y amigos. No vayan  donde no es imprescindible ir, no se olviden que las burbujas son para estar encerrados en ellas salvo para lo esencial, no para agregar después de la burbuja reunioncitas que pueden parecerles inocentes, pero pueden ser mortales.

Cuídense. Por favor. Cuídense.-