Detrás de las bambalinas de una visita singular al Museo de la Shoá en Montevideo
El pequeño gran Museo del Holocausto en Montevideo, ubicado en el edificio de la Kehila (Comunidad Israelita del Uruguay) en la calle Canelones, recibe constantemente visitas de distintos grupos, especialmente instituciones educativas, tanto de la capital como del interior. En general, a los visitantes se les abre un mundo estremecedor que no conocían. Y a veces, a lo singular del lugar se agrega lo especial y desafiante de las vivencias con las que vienen los propios grupos.Uno de esos casos fue el del CAISM , el Centro de Atención Integral especializada en Salud Mental, que llegó encabezado por el Director Juan Andrés Corralejo y la educadora Daniella Blengini.
En este espacio, compartiremos sus testimonios especiales, que vale la pena conocer. En primer término, el agradecimiento del Director, Juan Andrés Corralejo:
«Experiencia humanizante. Es de por si poco habitual comenzar hablando haciendo referencia directamente a un concepto, pero en su esencia resalta y enmarca nuestro sentir una vez finalizada nuestra visita al museo de la Shoá, dependiente del Centro Recordatorio del Holocausto, guiados por las Señoras Rita Vinocur y Sandra Veistein a quienes hacemos llegar por la presente nuestro inmenso agradecimiento. Vuestra amabilidad y generosidad hacia nosotros, es un reflejo de las características esenciales del Pueblo Judío, cuya resiliencia es un ejemplo para el mundo entero. Fue un honor realizar la visita al museo y compartir momentos tan emotivos, en donde la historia narrada desde la intimidad de los sucesos nos envolvió haciéndonos sentir desde la empatía el “ser parte del Pueblo Judío. Sin duda alguna, y tras haberlo conversado con los adultos y adolescentes participantes de nuestro Centro, coincidimos que esta experiencia generó un movimiento espiritual en donde todos salimos más sabios y más humanos».
Quisimos ahondar en el sentir de este grupo durante la visita al museo y a raíz de la misma y para ello entrevistamos a Daniella Blengini. Ella trabaja desde hace seis años en la mencionada institución, el CAISM. Es enfermera y educadora. Su función es brindar contención, acompañar durante el tratamiento de los jóvenes que se encuentran en el mismo, apoyarlos en esa etapa y apuntar a su nueva inserción en la sociedad. Daniella nos cuenta que para ello es clave actuar con amor, respeto, comprensión, tolerancia, empatía y también poniendo límites, por el bien de los jóvenes. Enamorada de su trabajo, tiene evidentemente sensibilidad para entender también el sufrimiento de otros.
P: Daniela, llegué a ti con la siempre buena ayuda de nuestra amiga común Rita Vinocur, a raíz de la visita que tú, el director del Centro en el que trabajas y varios de los jóvenes a quienes coordinas, realizaron al Museo del Holocausto en Montevideo. Como bien sabes, hemos publicado una nota al respecto en Semanario Hebreo. ¿Qué sabías del tema antes de ir allí?
R: Siempre me interesó conocer vuestra historia, los distintos testimonios de vida de los sobrevivientes, y por sobre todo, el legado de humanidad que han transmitido a las generaciones, sin odio, sin rencor. Siempre apostando al respeto por él prójimo.
P: ¿Por qué les pareció importante realizar esa visita?
R: En lo personal por todo lo anterior dicho, y así transmitírselo a mis jóvenes del Hogar. Yo me encargué de darles una charla informativa,concreta, con vocabulario fluido y que fuese entendible, comprendido por ellos. Estaban muy ansiosos, felices, ¡expectantes!
P: Algo así ¿requiere preparación previa de los chicos? No es un tema que se puede ver con ligereza.
R: Fue una experiencia impactante ,primero por ver la infraestructura del Museo, ese silencio al ingresar, dando paz a los invitados. Luego ver videos de los sobrevivientes: Ana Benklel (mamá de Rita Vinocur) y el papá de Sandra Veinstein. Ellos manifestaron sentirse muy tristes por todo lo que pasaron, te diría que una lágrima corrió por sus mejillas.
P: ¿Qué destacarías de lo que les impactó?
R: Cómo anteriormente expresé, nuestra visita al Museo de la Shoá, fue movilizadora: en la magnitud de la palabra. Dos chicas expresaron sus sentimientos al visitar Museo, quedando plasmadas en Semanario Hebreo. No comprendían por qué les pasó esas crueldades, hacer sufrir a un semejante, sólo por el hecho de ser judío. Al llegar hogar, todos los demás jóvenes preguntaron, dejé que ellas contarán con sus palabras lo vivido.
P: ¿Te parece que es importante conocer esa historia, no sólo para entender cosas del pueblo judío sino también como lección universal que sirva a la humanidad toda?
R: Por supuesto, es muy Importante y necesario, conocer, empatizar con dicha historia, las generaciones venideras tienen que saber, no tienen que ser ajenas a éstos hechos inhumanos, ¡¡¡no tienen que ser indiferentes!!! Ese es nuestro deber, como adultos, cómo educadores, trasmitir: sensibilidad, empatía, respeto, tolerancia, justicia. Nadie tiene derecho de herir, lastimar, burlarse de otro ser por sus creencias, color de piel, etc.
P: Daniela, yo sé que los chicos con los que ustedes trabajan vienen de situaciones nada sencillas. Y cuando uno lidia con un problema personal que amenaza la normalidad de su propia vida, quizás tenga dificultad para poder captar debidamente la magnitud de tragedias “ajenas”. Por otro lado, quizás precisamente sus problemas los pueden sensibilizar ante el dolor de otros. ¿Cómo ves este tema? Concretamente, en el caso de vuestro centro y la visita al Museo.
R: Nuestros jóvenes tienen diferentes historias de vida, con una carga emocional muy importante. Con necesidad de afecto, contención, que se les escuche. Por eso trabajamos desde el amor, comprensión, empatía, respeto,por cada uno de ellos, de su historia. Con el apoyo de un equipo técnico, conformamos un buen equipo de trabajo.Y te diré que a pesar de tener un pasado difícil, no son ajenos a diferentes situaciones complejas de otras personas. No puede haber mejor ejemplo de otras situaciones durísimas como lo que aprendieron en nuestra visita al Museo de la Shoá. Te aseguro que ellos quedaron muy conmovidos, por ver en los vídeos las atrocidades cometidas al pueblo judío, como también, con los testimonios de los sobrevivientes.
P: ¿Cuáles fueron los comentarios principales que hicieron?
R: Sin duda las repercusiones siguieron también los días posteriores a la visita al Museo. Lo más relevante y que en lo personal me conmovió, es que se preguntaban, por ejemplo, “¿Por qué pasó eso!?, ¿Por qué esa maldad con otros seres humanos? ¿¿Por qué??”.
P: Preguntas retóricas supuestamente sencillas, pero que son la clave de ese horror, cómo seres humanos fueron capaces de algo así. Para terminar te preguntaría ¿Recomendarías a otros que visiten el Museo del Holocausto?
R: Recomiendo visitar al Museo, sería muy «enriquecedor» para toda la sociedad en general, conocer testimonios de los propios sobrevivientes y sus descendientes.
P: ¿Algo más que desees agregar? Lo que quieras.
R: Agradezco la posibilidad de ésta hermosa actividad educativa para los jóvenes del hogar, en lo personal mi sentimiento es de felicidad enorme, infinitas gracias gracias. Agradecida a la vida por ponerme en mi camino a estas personas tan queridas para mí: Profesora Rita Vinocur, Sandra Veinstein. Agradezco la oportunidad a ti Ana, por esta entrevista, contarte mi trabajo, que con tanto amor llevo adelante, junto a un equipo de trabajo excelente.
P: Gracias mil Daniella por esta entrevista, por tus palabras, y por el trabajo sagrado que hacen en el centro con estos chicos, a los que les deseo lo mejor.
R: Muchísimas gracias Ana.-