El Museo de la Shoá de Uruguay recibió una invitación del Colegio Salesiano Pío IX
Sin duda, el contacto con los docentes en las diversas instituciones educativas que visitamos propicia un enriquecedor intercambio entre colegas, lo cual facilitó esta visita.
Al llegar, me encontré frente a una construcción emblemática que, sin duda, era la puerta de acceso desde la fundación de este espacio, que data de finales del siglo XIX. Este colegio fue establecido por los salesianos, enviados por Don Bosco con la misión de crear una institución educativa.
Una vez allí, la maestra Luci Machiarena me condujo al espacio donde tendría lugar la charla. Poco después, llegaron los niños, quienes me saludaron con calidez. Comenzamos las presentaciones de manera habitual, compartiéndoles quién soy y sobre mi ascendencia.
Rápidamente surgieron preguntas; algunas pude responder al instante, mientras que a otras les pedí un momento para poder darles una respuesta más completa. Así comenzamos a abordar conceptos fundamentales como Holocausto, Shoá, guetos y campos de concentración y exterminio.
Uno de los momentos más significativos fue cuando compartí la historia de mi padre, titulada “Un niño en la guerra: un niño y la Shoá, mi padre”. Es para mí profundamente conmovedor ver a los niños observando a mi padre, Samuel Veinstein, Bendita sea su Memoria, en el video que les presenté.
Estoy convencida de que nadie verdaderamente muere mientras perdure en la memoria de los demás, y mi padre es un claro ejemplo de ello, apareciendo en diferentes instituciones educativas donde relata sus terribles vivencias durante la Shoá.
Para concluir, quiero expresar mi sincero agradecimiento a la maestra Luci Machiarena por su invitación y a Claudio Canosa, el director de Primaria, quien estuvo presente durante el encuentro.
Es fundamental que sigamos transmitiendo estas historias, no solo para recordar, sino también para educar y fomentar la tolerancia entre las nuevas generaciones. Juntos, podemos construir un futuro donde el respeto y la memoria sean los pilares que nos unan.
muere mientras perdure en la memoria de los demás, y mi padre es un claro ejemplo de ello, apareciendo en diferentes instituciones educativas donde relata sus terribles vivencias durante la Shoá.
Para concluir, quiero expresar mi sincero agradecimiento a la maestra Luci Machiarena por su invitación y a Claudio Canosa, el director de Primaria, quien estuvo presente durante el encuentro.
Es fundamental que sigamos transmitiendo estas historias, no solo para recordar, sino también para educar y fomentar la tolerancia entre las nuevas generaciones. Juntos, podemos construir un futuro donde el respeto y la memoria sean los pilares que nos unan.-