Sarita… tantas virtudes para mencionar… inteligente, guapa, coqueta, don de gentes, fineza, con tanto amor por su familia.
Cuesta asumir que no va a estar más físicamente.
Era la imagen viva de una de las razones por las cuales se sobrevivía en la Shoá: su actitud, su porte, su manera de ver la vida, sus ganas de vivir.
Enviudó a una edad temprana y logró sacar a sus dos hijos adelante, Miguel y Ricardo, chicos en ese momento. Y transitó por la vida con dignidad brindándoles todo lo que estuviera a su alcance y más. Con infinito amor y orgullo por toda la familia.
Daba charlas a grupos pequeños, como el grupo Guili, quienes la supieron honrar invitándola a su ceremonia de Bar Bat Mitzvá como invitada principal hace unos años, cuando les dio una charla que fue inolvidable para el grupo y también para ella porque le regalaron bellas flores que era uno de sus regalos favoritos. Tanbién nos acompañó en el Día del Patrimonio dando charlas.
Y tuvo la alegría de ser entrevistada por Ana Jerozolimski y que su historia fuera publicada en el Semanario Hebreo. Fue entrevistada para la Shoah Foundation y hace sólo un año nuevamente entrevistada para un trabajo de tesis. Dicha entrevista está en Youtube.
Ya la estamos extrañando.
El reloj corre implacable y nos hiere.
Cada vez hay que valorar más como tesoros a los sobrevivientes que nos quedan, a quienes les deseamos seguir hasta los 120 en buena salud! Y nosotros seguir adelante… continuar con su misión que es nuestra misión.