Rita Vinocur, directora del Museo de la Shoá, junto a Louis Kravitz, principal benefactor de este trabajo de remodelación y ampliación del Museo de la Shoá en Uruguay. Foto: Natan Vareika
Por Ana Jerozolimski. Publicado en Semanario Hebreo el 28 de noviembre de 2019.
P: Rita. el Museo de la Shoá de Uruguay existe desde hace muchos años y ahora inicia una nueva etapa. Contanos por favor tanto un poquito de la historia, desde hace cuándo existe y cómo fue su concreción, como algo de la nueva etapa. O sea ¿en qué consiste esta reinauguración?
R: Es una historia hermosa y no muchos la conocen. El Centro Recordatorio del Holocausto fue creado en 1953 por sobrevivientes del nazismo y el Museo que es parte de la institución se formó en 1965. Fue el primer Museo de la Shoá de América del Sur y el único del continente hasta el año 2000. La institución se llamó primero Víctimas del Nazismo, Sherit Hapleitá en hebreo, luego Sobrevivientes del Nazismo y finalmente Centro Recordatorio del Holocausto. Tenía su sede en Convención 1220 la cual vendieron para instalarse en la Comunidad Israelita del Uruguay el 14 de abril de 1988. El Museo es uno de los espacios de los que tenemos derechos de uso. En 1992 hubo una remodelación realizada por Chil Rajchman (Z”L) en homenaje a su esposa Lila Rajchman (Z”L) y ahora con un enorme esfuerzo reinauguraremos el 28 de noviembre a las 19.30 hs. Es nuestra cuarta versión del Museo de la Shoá de Uruguay, esperando un marco de público muy importante con un planteamiento que tiene no sólo profundo contenido sino una manera moderna de llegar a la gente.
P: ¿Qué podrán ver quienes visiten el nuevo museo?
R: Te diré ante todo que es totalmente un nuevo concepto de lo que fue el Museo anterior. Hay que experimentarlo y vivirlo. Las nuevas instalaciones tienen un altísimo nivel que nos enorgullece. Cuando las visitas provienen de escuelas y liceos públicos o privados o de instituciones del área no formal, se les da una charla que varía dependiendo del público dando un pantallazo histórico general y también tomando un testimonio en particular porque es más cercano identificarse a una persona que a cifras generales. Luego pasarán a la Línea de Tiempo que fue preparada por nuestros profesores del Centro Recordatorio del Holocausto, especializados en Yad Vashem, Jerusalem, lo cual llevó largo tiempo de preparación y mucho rigor histórico hasta el más mínimo detalle. Además hay imágenes de la Shoá de Yad Vashem, Jerusalem, el Museo de Washington y Lojamei Haguetaot (Museo de los combatientes de los ghettos) en Israel. Nos cuidamos de que no sean imágenes duras. Si alguien quiere ver algo más crudo tiene la opción pero no está en la muestra general. Se podrán ver testimonios de sobrevivientes llegados al Uruguay y documentales que ilustrarán las presentaciones que se brindarán sobre el tema. Luego pasarán a la sala de la emoción pues allí se encuentran diferentes objetos que tienen alma porque sus historias son conmovedoras y pertenecieron a sobrevivientes que vivieron en el Uruguay. Tendremos la posibilidad de utilizar tecnología interactiva con códigos QR a través de los cuales se podrán ver y escuchar a algunos de los sobrevivientes que donaron dichos objetos y también a Elie Wiesel cuando estuvo en Uruguay en 1990, quien habló en yiddish y lo hicimos subtitular. Las historias de los objetos son emocionantes. Luego pasan a la Sala de los Espejos donde verán nombres en amarillo y nombres en blanco sobre espejos. Esos nombres fueron personas asesinadas en la Shoá que fueron brindados mayoritariamente por sobrevivientes que llegaron al Uruguay. Los amarillos son adultos, los blancos son niños. Los espejos dan la idea de infinito. Es una sala sobrecogedora. Los espejos abundan en el Museo dando la idea al reflejar nuestra imagen, que podríamos haber sido nosotros las víctimas.
P: Qué fuerte Rita…pensaron en todo…Eso es hacer las cosas con combinación de mente y corazón. ¿Me equivoco si digo que estimo que el público principal al que apuntan es justamente el público no judío?
R: Estás totalmente en lo cierto. Por supuesto todos son bienvenidos. Siempre venían muchos cruceros que lo tenían incluido dentro de un tour que solían llamar Montevideo Judío, conformado por judíos y también intercambios con colegios judíos del extranjero, pero como bien dices se apunta a un público no judío que es a quienes queremos sensibilizar y transmitir todo lo que tenemos para dar. Y es impresionante la recepción que tenemos. El tema del Museo les interesa tanto a los jóvenes que los docentes acompañantes quedan muchas veces sorprendidos.
P: ¿Cuáles fueron las visitas que más te emocionaron de las muchísimas que recibieron en el pequeño museo que existía hasta ahora y que desde ahora será más grande?
R: Hay muchos casos para contar. Hay docentes que preparan históricamente muy bien a sus alumnos de antemano y los chicos vienen con una base de conocimientos que los hacen reflexionar y formulan preguntas que asombran, que nos hacen emocionarnos viniendo muchas veces incluso de escolares. Y cuando vemos que no vuela una mosca, que el aire es casi eléctrico y notamos en sus ojos su propia emoción, sus aplausos, sus abrazos, pensamos, vaya que no estamos viviendo en vano, vaya que con esta misión la vida tiene trascendencia y vale la pena. Son varios docentes voluntarios que trabajan como guías didácticas que se la juegan. Tenemos un equipo maravilloso.
P: ¿Te parece que han cambiado percepciones de la gente? O sea… que quienes visitaron el museo no sólo aprendieron hechos históricos sino que quizás entendieron algunas sensibilidades judías.
R: ¡Absolutamente! No es la misma cabeza que entra a la visita del Museo, que la que se va, mejorando para el bien. Los visitantes lo viven, lo sienten porque es un contacto directo con hechos reales sobre un período trágico y con historias únicas porque cada objeto tiene un relato particular vivido por un ser humano que sobrevivió el horror y el objeto es un testigo mudo de su experiencia que lo acerca a esa realidad. Lo transmitimos con la convicción de que se puede mejorar nuestra sociedad si conocemos nuestra historia si sabemos darle valor a involucrarse y alzar la voz cuando vemos hechos injustos y discriminación. Si pudiéramos en cada charla hacerlos comprender un poco más aunque fuera a uno solo ya habría valido la pena, pero por supuesto que no es uno solo, porque les hacemos vivenciar el momento y así lo palpamos. Nos brindan devoluciones impresionantes. Es una bendición poder leer lo que sienten.
P: Qué lindo Rita, qué emocionante…Yo tuve el privilegio de poder cubrir hace unos años la visita del Cardenal Daniel Sturla al museo. Recuerdo la expresión de su rostro al recorrerlo. El respeto, el recogimiento, su relación fraterna con el entonces Gran Rabino Ben Tzion Spitz. ¿Qué otras figuras destacadas visitaron el museo?
R: Sí fueron momentos muy emotivos . También hemos recibido a Presidentes, Ministros y quiero destacar a Elie Wiesel (Z”L) Premio Nobel de la Paz, quien nos visitó en 1990 en una jornada en la que solamente quiso estar en contacto con sobrevivientes de la Shoá. Estuvo en el Museo dio un breve discurso en yiddish, -el cual hicimos subtitular- y podrá ser visto en esa filmación a través de los códigos QR que hicimos instalar recién. Wiesel se refirió a los sobrevivientes como hermanos y que nadie podría comprender lo que ellos sufrieron. Todo un privilegio y emoción recibirlo. Pude vivirlo.
P: Para terminar Rita…¿qué mensaje quisieras transmitir a la colectividad judía uruguaya sobre esta nueva etapa del Museo de la Shoá de Uruguay? ¿Y qué mensaje a la sociedad uruguaya en general?
R: Si me lo permitís Ana, antes de finalizar la entrevista, tomo esta oportunidad para agradecer a la gente del Centro Recordatorio del Holocausto que es extraordinaria; hemos formado un equipo magnífico para llevar adelante la reinauguración. Estamos bendecidos por contar con gente así. Nuestro Museo de la Shoá de Uruguay es una herramienta poderosa y a través de la historia de la Línea de Tiempo, de la transmisión de sus docentes, de los testimonios, de las vivencias que transmiten sus objetos únicos y su Sala de Nombres, crean consciencia de la importancia de respetar al otro sin hacer diferencias en religión, política, etnia ni ninguna otra e involucrarse para hacer respetar a quienes sufran de discriminación, cualquiera sea su condición. Es pasado y es presente. Hacerlos sentir el compromiso de involucrarse, para recordar, nunca olvidar y actuar en acciones diarias del presente que influyen en el futuro de toda la sociedad.
P: Rita queridísima, te agradezco mucho por tu tiempo, por haberte sentado a responder a mis preguntas cuando me consta que hace días que casi no dormís. Sos un motor de corazón y acción, una bendición para la colectividad judía uruguaya. Te agradezco mil veces.
R: Gracias ti de todo corazón.
En la bendita memoria de Ana Benkel de Vinocur (z”l)
P: ¿Dónde está el recuerdo y legado de tu mamá, de bendita memoria, en el Museo Recordatorio del Holocausto? Y no me refiero sólo al peine…aunque sería bueno que cuentes en resumen esa historia.
R: El peine, el querido peine tiene una historia que me piden una y otra vez. Ella fue rapada al llegar al campo de Auschwitz, lo cual sin significar dolor físico, sí le quisieron arrebatar su último vestigio de femineidad. Pero al ser trasladada al campo de Stutthof ya le había crecido el cabello y ella vio a una persona que tenía ese peine con un estuche naranja. Lo único que tenía para intercambiarlo era su porción de pan del día y ella lo hizo. Era tan grande el hambre que sufrían que podría haber significado perder la vida. Pero ella quería peinarse como sólo puede hacerlo un ser humano y lo conservó guardándolo celosamente durante el resto de la guerra como símbolo de dignidad. Cuando cuento la historia de mi amada madre Ana Benkel de Vinocur (Z”L) siento que su espíritu vive, que ella sigue enseñando porque paso sus videos inclusive sus canciones y veo lo que ocurre, lo que producen sus palabras, su voz firme, su mirada brillante, su sonrisa siempre a pesar de todo. Y seguro estaría sonriendo ante esta reinauguración. Su legado es mucho más grande que lo que se pueda imaginar. Desde lo más grande a lo más pequeñito se ve su huella. Y vaya que la habrá en el Museo. Nos dividimos en varias Comisiones y una de ellas debía elegir una frase para que quedara en una de las paredes del nuevo Museo. Y lo único que le pedí a esa Comisión es que fuera de un sobreviviente uruguayo. Y eligieron una frase escrita por mamá en “ UN LIBRO SIN TÍTULO” que involucra la palabra Libertad.
Datos prácticos: El Museo está ubicado en el piso de entrada de la Kehilá. Es en Canelones 1084, Comunidad Israelita del Uruguay en Montevideo y ambas salas están en la Planta Baja de la Kehilá, a los costados del Templo – Las visitas deben ser coordinadas de antemano, con nombre completo y número de cédula a través del mail: info@centroshoa.org.uy