Siempre hay una primera vez
Cr. Jaime Zarucki, publicado en Semanario Hebreo el 19 de noviembre del 2021
Todo comenzó el Día del Patrimonio de este año 2021, cuando Rita Vinocur estaba en el Templo de la Kehilá dando una charla para los visitantes, contando algunas vivencias de su madre en el ghetto de Lodz y los campos de Auschwitz y Stutthof. En un determinado momento ella me invitó también a mí, como hijo de un sobreviviente de la Shoá a que contara algún relato de la vida de mi padre Anschel (Z”L), pero entendí que no era necesario agregar otros, luego de las brillantes exposiciones por parte de Rita y de Sandra Veinstein.
Al finalizar la actividad programada, luego de que Andrea Blanqué diera lectura a poemas escritos por víctimas de la Shoá en el hall central, se me acerca una señora, Dra. Álvarez Torres, docente de Educación Social y Cívica del Colegio y Liceo Evangélico Bet-el, quien habiendo escuchado la invitación que me había realizado Rita, me propone dar una charla a estudiantes de 3er año del Liceo acerca de la historia de mi padre como víctima del nazismo.
Acepté con gusto la invitación y previamente realicé una visita al Liceo donde me reuní con el Mag. Prof. Billy Rodríguez, encargado de Dirección Sector Secundaria y con la Dra. Álvarez Torres. Allí les presenté en líneas generales lo que le iba a transmitir a los chicos, acompañado con documentación respaldatoria para enriquecer el relato, producto de una investigación que he realizado durante muchos años. Coordinamos realizar la presentación el miércoles 3 de noviembre
Quiero agradecer a Sandra Veinstein por su invaluable colaboración al haber confeccionado la estructura de la presentación, pero sobre todo, por transmitirme sus recomendaciones como docente, todo lo cual me permitió imprimirle una huella personal a la misma
Estuvieron presentes cerca de 20 alumnos, algunos de los cuales participaron en forma activa, con respeto y con una actitud de interés, prestando atención en casi una hora de exposición.
Fue la primera vez que tuve la oportunidad de hablar acerca de la historia de Anschel, aunque lo hubiera querido hacer mucho antes.
El aplauso y el agradecimiento que recibí por parte de los chicos al finalizar la presentación, fue un premio excesivo, ya que el agradecido he sido yo, por haberme dado el Liceo Bet-el el honor de homenajear a mi padre narrando su historia cargada de frío, hambre, horror y padecimientos, de su fortaleza para levantarse de entre los muertos combatiendo al nazismo como soldado ruso, y finalmente para volver a rehacer su vida formando una nueva familia. Justamente, el título de la presentación ha sido “Del Horror a la Resurreción”.
Siempre me he preguntado cómo puedo definirlo a lo largo de su vida. Si ha sido un héroe, un valiente, un resiliente. En el fondo ha sido todo eso, una víctima de la Shoá obligada a cumplir diferentes roles, que supo tener capacidad de reconversión aferrado a la vida para seguir viviendo un día más. Su historia de vida ha sido la mejor enseñanza que he recibido.
Elie Wiesel escribió: “Olvidar el Holocausto es lo mismo que matar dos veces”. Lo nuestro ha sido simplemente el aporte de un granito de arena para ayudar a que el fuego del recuerdo de la Shoá siga encendido, para cumplir con la misión de esclarecimiento y educación a ser brindada en nuestra sociedad. Esta es la gran misión del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay.-