Movimiento Tacurú visitó la Biblioteca de Shoá Simón Wiesenthal por motivo del Día del Libro en Uruguay

Movimiento Tacurú visitó la Biblioteca de Shoá Simón Wiesenthal por motivo del Día del Libro en Uruguay
26 julio, 2022 administrador

“En el Museo de la Shoá de Uruguay los chicos entendieron la importancia de que nuestras historias sean contadas”

 

Docentes y jóvenes de Movimiento Tacurú junto a Sandra Veinsten, subdirectora del Museo de la Shoá de Uruguay

 

 

Por Silvina Cattáneo

Hace algunos meses una propuesta inusual llegó a la Biblioteca de Shoá Simón Wiesenthal. Con motivo del Día Nacional del Libro en Uruguay, 26 de mayo, la tallerista Yusara Lahouratate Cardozo, solicitó una visita orientada a que los adolescentes conocieran el registro de documentos y testimonios y la importancia de los libros para mantener viva la historia de la Shoá. En general el interés es histórico y está relacionado a los objetos del Museo. Esta vez, los libros serían los protagonistas.

Es la segunda vez que el CRH recibe al Movimiento Tacurú, una organización salesiana de la Iglesia Católica, creada en 1981 y que trabaja con más de 1500 niños y jóvenes en más de 20 proyectos socio educativos en barrios de pobreza crítica, mejor explicado por una de sus docentes: “La idea del Movimiento Tacurú es ser una casa que brinde oportunidades a la gente del barrio, que van desde la posibilidad de un trabajo hasta el abrazo y la contención a un niño, a una madre, a un joven, así como la oportunidad de descubrirse, de encontrarse consigo mismo como un ser lleno de capacidades”. Con percances de por medio, la visita se concretó el 23 de junio, una mañana de tormenta, donde seis alumnos y tres docentes -Yusara, Sara de los Santos Ghirardelli y Federico Techera – llegaron a la institución donde fueron recibidos por Sandra Veinstein, subdirectora del Museo y la bibliotecaria Silvina Cattáneo.

Antes de que los chicos visitaran el Museo tuvieron una breve charla donde se trabajó el registro de la vida de Petr Ginz, asesinado en Auschwitz a los 16 años, y la importancia de que sus palabras quedaran registradas en el libro “Diario de Praga 1941-1942”. A modo de recuerdo, los adolescentes se llevaron un cuaderno para motivarlos a que cada uno se anime a contar su propia historia. La visita de estos jóvenes siempre moviliza al equipo del CRH y por eso surgió la posibilidad de conversar con Yusara Lahouratate, para conocer mejor su trabajo y el impacto de la experiencia.

¿Cómo sintetizarías el trabajo del Movimiento Tacurú y tu función en el proyecto?
Desempeño funciones como talleristas de apoyo en todo lo que tiene que ver con las áreas curriculares en ciclo básico y en todas las materias. Apoyo allí a los chiquilines en las dificultades que presentan a nivel académico formal, apoyando en la realización de tareas, pero más que nada también, aproximando a los chiquilines con el vínculo y la disciplina del estudio, porque muchos de ellos están apartados de lo que es la educación formal. La idea de Tacurú, también en esto de las funciones de los talleristas, es acercarlos al estudio, acercarlos a tener una disciplina con la concurrencia en un horario determinado en la institución para seguir formándose como seres integrales. Esa es mi función. Yo trabajo en Tacurú a partir de un proyecto que realicé en el 2021. donde también visitamos el Museo de la Shoá pero desde otra perspectiva, siempre tratando de que la consigna sea la esperanza.

¿Por qué visitar el Museo de la Shoá de Uruguay y la Biblioteca de Shoá Simón Wiesenthal?
Visitamos el Museo y la Biblioteca porque consideré que los chicos tienen la necesidad de saber, por experiencia propia, la riqueza del registro en la historia de la humanidad, y el Museo de la Shoá de Uruguay me pareció un lugar apropiado para que ellos experimentaran la importancia de que nuestras historias sean contadas. En el espacio que compartimos contigo, Silvina, pudimos apreciar eso, la necesidad de contar lo que pensamos, lo que sentimos, para que otros puedan saberlo y sobre todas las cosas para que aquello que no nos gustó se comunique, se sepa y tratemos de no repetirlo en otras personas. Para mí es muy importante que los chicos comprendan que todos los hechos que nos anteceden son importantes y nos forman como integrantes de la sociedad, entonces estos chiquitos – que muchas veces están vulnerados en aspectos que ni imaginamos -, comprendan que su voz es importante, que registrar lo que les pasa, lo que piensan, ya sea fea la experiencia, o maravillosa, aporta a sus vidas, los sana, porque exteriorizan lo que sienten. Y el Museo de la Shoá, con todo ese registro fotográfico, de la indumentaria que el pueblo judío fue obligado a utilizar y demás documentación de los acontecimientos, hace que los chicos visualicen que experiencias horribles que no se deberían repetir, no solo ocurren en la actualidad, en sus contextos, sino que han ocurrido y que a pesar de eso las personas han decidido guardarse en esperanza para trascender.

¿Cuál fue la devolución de los chicos en las visitas que tuvieron a la institución y cómo manejan las historias que conocen en el Museo?
Los chicos salieron de la experiencia eufóricos, felices, primeramente, por la recepción, muy contentos del lugar cálido, de la preparación que tenían para recibirlos. Ellos están acostumbrados, muchas veces, a recibir todo lo contrario de lo que se les brinda en Tacurú y de lo que se les brindó en la Biblioteca de Shoá y en el Museo. Durante la visita didáctica por la Biblioteca y el Museo, se experimentaron sensaciones difíciles de describir y comunicar con palabras, porque, en un momento, en el salón espejado con nombres de personas asesinadas durante el Holocausto, y los nombres en blanco que pertenecían a niños, se hizo un silencio que ningún adulto solicitó y eso habla de la comunicación que genera, lo que comunica el silencio, porque los chiquilines no daban crédito a que tantos niños hubiesen sido asesinados y eso también habla de la empatía que sintieron en ese espacio tan especial que ustedes tienen (la Sala de los Espejos) y que tuvieron la amabilidad de compartir con ellos. Muchos chicos no salen de su manzana, de la vueltita de su casa y para ellos fue una experiencia preciosa. Te cuento que al final de la recorrida didáctica por el Museo, salimos y yo la abrazo a Sandra (Veinstein), porque la conozco de otra instancia del año pasado, y ella me comenta que para ella los abrazos son sanadores y en respuesta a eso los chiquitos, todos, la despidieron con un abrazo, pero esos abrazos que significan el mundo, porque a veces abrazamos por abrazar y no debería ser así, pero en esta ocasión que yo te comparto el abrazo fue genuino, de parte de Sandra y de parte de los chicos que la abrazaron. Ella nos contó que el año pasado perdió a un hijo por el covid-19 y realmente los chicos abrazaron con amor en devolución a todo lo brindado a lo largo de la salida didáctica, abrazaron con amor y yo creo que ése es el mejor cierre que le podemos dar a esta pregunta. La devolución de los chicos fue un abrazo genuino. Fue una experiencia preciosa.-