Janis Lipke, héroe letón con mayúscula
En 1966, Yad Vashem lo nombró Justo entre las Naciones: esta es su historia
por Dr. Israel Jamitovsky
Hace escasos días en la sección carta de lectores de un cotidiano israelí, un lector señaló que en Letonia durante la ocupación nazi, los ciudadanos letones no otorgaron ayuda alguna y refugio a judíos en el mejor de los casos. Es un hecho incuestionable que cuando los alemanes ingresaron en Letonia en el verano de 1941, fueron recibidos por la población local con claras muestras de simpatía, alegría y entusiasmo. Es en este contexto que no sorprende que desde la prensa escrita y radio se formularon llamados a la población local a agredir a la población judía y comunista y numerosos voluntarios letones se ofrecieron y así lo hicieron. Se practicaron redadas contra los judíos y muchos de ellos fueron asesinados en las calles o trasladados a los famosos bosques de los países bálticos y ejecutados en este espacio. Habitantes de Riga capital de Letonia señalaron claramente las fincas en la cuales residían los judíos.
Sin perjuicio de todo ello, es de estricta justicia histórica recalcar que 138 letones gentiles salvaron judíos y fueron reconocidos como Justos entre las Naciones y en especial quiero detenerme en una figura emblemática de este colectivo. Me refiero a Janis Lipke. Nacido el 1 de febrero en Letonia, sirvió en ejército letón durante la Primera Guerra Mundial y en 1920 contrae enlace con Johanna. Tuvieron una hija y dos hijos.
El 1 de diciembre de 1941 Janis Lipke es testigo junto a su hijo de apenas 8 años del asesinato de varios judíos en Riga. Quedó tan impactado de dicha matanza, que a raíz de esta vivencia decidió agotar todos los medios y vías para salvar a judíos. Renuncia a su modesto cargo en el puerto de Riga y es designado director de una sección civil de la fuerza aérea alemana en Riga, habida cuenta que este espacio fue ocupado por trabajadores letones procedentes del nuevo gueto que había sido erigido para los judíos que sobrevivieron las matanzas perpetradas en el principio de la ocupación nazi. En el marco de su cargo, Lipke ingresaba diariamente al Gueto para trasladar a los trabajadores judíos sus lugares de trabajo y retornarlos al gueto.
Es en este espacio en el cual Lipke comienza a operar. Cuando un de estos trabajadores huye y no retorna al gueto, no sólo hizo la vista gorda sino solicitaba a sus amigos letones que ingresaran al gueto en su lugar portando la estrella amarilla. Por la mañana estos mismo amigos se incorporaban a la fila de letones que al igual que Lipke accedían como jefes de trabajo que como se señaló, venían a recoger a los judíos a las labores cotidianas fuera del gueto.
Lipke ayudó igualmente a judíos a escaparse de los campamentos de trabajo ubicados en los alrededores de Riga. Coordinó y alentó su fuga en sus visitas a este espacio o a través de códigos que les trasmitía. A alguno de ellos, les hizo llegar joyas y dinero que había recibido de familiares de los presos judíos para sobornar a los guardias letones, si las circunstancias así lo requerían, en otros casos les entregaba indumentaria para ocultar su identidad judía y facilitar su fuga.
En diciembre de 1941 y con la ayuda de su amigo Varlis Iankosky, promueve la huida de un grupo de diez judíos, quienes logran escaparse ocultándose en un camión y cubriéndolos con troncos de árboles y otras mercaderías. Los oculta en un subsuelo de su finca que había construido especialmente en el crudo invierno letón con la ayuda de su mujer e hijo.
En el verano de 1942, Lipke elaboró uno osado plan. Adquirió un velero con el único propósito de trasladar a judíos a Suecia y ponerlos a salvo. Lamentablemente sus planes se truncaron por las sospechas que suscitó en las autoridades. Lipke elaboró esta opción junto con Sasha Perl, un judío que logró sacar del gueto. Ambos fueron detenidos, Lipke logró liberarse sobornando a los guardias letones e incluso pagó por Perl pero no tuvo éxito. Perl fue finalmente asesinado.
La situación se tornó apremiante, Lipke percibió que crecía el peligro, debía sacar a las personas del escondite de su finca y además temía mucho por la suerte de su mujer y de su hijo. Comenzó a buscar una opción que fuera adecuada para acoger a un buen número de personas.En este contexto, adquirió una pequeña granja en una pequeña aldea rotulada Dubla, cerca de Riga a la cual trasladó a aquellos judíos que se ocultaban en su finca así como a otros que se incorporaron posteriormente. Paralelamente a su iniciativa, amigos letones ocultaron a judíos en distintos parajes de las afueras de Riga. Durante mucho tiempo se mantuvo en contacto con los judíos que salvó y cuando estimó que se cernía algún peligro sobre su suerte, los trasladaba a espacios más seguros.
Fue un referente único en aquel espacio, el nombre Jan se tornó en una suerte de palabra mágica, muchos prisioneros se preguntaban si el hombre realmente existía. Su benemérito quehacer comenzó en Diciembre de 1941 y finalizó en Octubre de 1944.De entre aproximadamente 100 sobrevivientes judíos, 55 fueron salvados por Janis Lipke.
Merecidamente se hizo acreedor a múltiples reconocimientos. En 1966 junto a su señora reciben el título de Justos entre las Naciones otorgado por el Instituto Yad Vashem de Jersusalén.Un árbol plantado en homenaje a ambos se encuentra a la entrada del Museo del Holocausto del Instituto Yad Vashem.Un calle de la ciudad de Riga lleva el nombre de Lipke.En el año 2000 se presentó una película documental dedicado a Lipke rotulada «Janis y los demás». En el año 2018, se comenzó a exhibir la película »El Conductor» la cual aborda la historia de su vida. En ese mismo año fue elegida como la mejor película extranjera del Festival de cine de la ciudad de Haifa, haciéndose acreedora igualmente a numerosos premios en distintas parte del mundo. En la Isla de Kipsala de Riga en la cual Janis Lipke residió previo al Holocausto, en el año 2013 se erigió un museo que describe su benemérito quehacer.En la ceremonia de apertura se hizo presente e hizo uso de la palabra Shimón Peres a la sazón Presidente de Israel.
Después de la guerra, el hogar de la familia Lipke se tornó en un centro de peregrinación en la cual familiares de los sobrevivientes y jóvenes judíos asistían para conocer a Janis y Johanna y agradecerles su memorable quehacer. Janis falleció a los 87 años el 14 de mayo de 1987.Cierto día llegó al Instituto Yad Vashem de Jerusalén un sobre con un sello de Riga. Contenía 32 páginas mecanografiadas en idioma ruso. Eran las memorias elaboradas con mucha emoción por R. Silberman en las que resumía los testimonios y vivencias de 17 sobrevivientes. Su rótulo era Jan Lipke, historia de un individuo excepcional.-
Fuente: aurora-israel.co.il