Memorable: la salvación de los judíos de Zacinto
La historia poco conocida de una isla griega que logró salvar a su comunidad judía del horror nazi
En la foto, el alcalde Loukas Kerrer y el obispo Chrysostomos de Zakynthos, Grecia
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Por Dr. Israel Jamitovsky
Fuente: aurora-israel.co.il
Hace 80 años que ha finalizado la Segunda Guerra Mundial y pese al devenir del tiempo, continúan aflorando historias y hechos desconocidos. Todos conocemos el rol que desempeñaron los distintos espacios de la sociedad civil en la salvación de los judíos de Dinamarca durante la ocupación nazi. Ayer accedí a un fenómeno similar -aunque en guarismos mucho mas reducidos- y estimo desconocido o en el mejor de los casos escasamente conocido. Me refiero al salvataje de los judíos de Zacinto en Grecia.
Zacinto o Zante es una isla griega del conglomerado de islas Jónicas y configura igualmente una de las unidades periféricas de Grecia. Aflora invocada en la Odisea de Homero. Fue asimismo una de las islas griegas en la cual se filmó el exitoso drama surcoreano «Descendientes del sol», en cuyo contexto la isla emerge representada como un país ficticio rotulado Urk.
La presencia judía en esta isla comenzó hace ochocientos años. Una nueva corriente migratoria se hizo presente en la isla a raíz de la expulsión de los judíos de España. Todavía existe en su espacio un cementerio erigido en aquella época.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, residían en la isla 275 judíos. El 1 de mayo de 1941 la isla es conquistada por el ejército italiano quien ejerce su dominio hasta el año 1943, durante este período los judíos pudieron desempeñar su vida normalmente. Esta coyuntura se alteró con la caída de Mussolini. Alemania se hizo de los territorios que estaban en dominio de Italia, de tal suerte que 9 de setiembre de 1943 se apropiaron de la isla de Zacinto.
Ante tal coyuntura, el líder religioso de la isla, arzobispo Chrysostomos, ordenó al intendente de la isla Loukas Karrer, quemar la nómina de judíos residentes en este espacio que obraba en su poder y a la vez se dirigió a los alemanes para que se abstuvieran de expulsar a los judíos de la isla, habida cuenta que eran ciudadanos griegos a la par que el resto de la población de la isla.
Asimismo el presidente de la comunidad judía, Moshé Gani compareció ante los oficiales germanos con una indumentaria muy desprolija y abandonada, pretendiendo crear la impresión de que la pequeña comunidad judía era indigente. Todo fue inútil, los esfuerzos desplegados para evitar la expulsión de los judíos de la isla resultaron estériles.
Ante esta coyuntura el Arzobispo Chrysostomos y el Intendente Loukas Karrer resolvieron aunar esfuerzos para evitar el exterminio de la pequeña comunidad judía. Los alemanes solicitaron la nómina de los judíos y su anhelo era concentrarlos en un lugar para proceder a su expulsión. Ante ello, el antedicho Arzobispo ordenó a los judíos huir durante la noche y ocultarse en los pequeños pueblos, seguros que su población les brindaría refugio, agua y alimentos.
El Arzobispo «judío»
Al otro día, tanto el Arzobispo como en el Intendente de la isla, se hicieron presentes ante las autoridades germánicas y les hicieron entrega de una «nómina de judíos » en la que afloraban dos personas. Eran el propio Arzobispo y el Intendente invocado que argumentaron que eran judíos y que ellos debían ser expulsados de la isla en el caso de que los nazis dispusieran hacer otro tanto con la comunidad judía local.
Ante ello, el comandante nazi envió sus soldados a las fincas de los judíos y cuando percibieron que las habían abandonado, durante un año entero efectuaron numerosas incursiones y búsquedas en el espacio de las aldeas de la isla, pero ningún poblador de dichas aldeas reveló el paradero de los judíos que se habían ocultado en esta zona.
En verano de 1944 llegaron a la zona tres buques alemanes con el fin de ubicar a los judíos y enviarlos a los campos de exterminio. El líder de los partisanos de la isla Dimitri Katebatis amenazó a los germanos que sus fuerzas protegerían a los judíos a toda costa y que en caso de producirse una colisión, el número de víctimas de ambas partes, sería por cierto elevado. Finalmente fueron las fuerzas alemanas las que se embarcaron en dichas embarcaciones el 12 de setiembre de 1944 y un mes después la isla se liberó del dominio nazi.
En mérito al Arzobispo e Intendente antedichos, la comunidad judía de Zacinto fue la única de toda Grecia que se salvó íntegramente. Al culminar la guerra, la mayoría de la comunidad-que era fervientemente sionista-ascendió a Israel, otra parte se afincó en Atenas de tal suerte que en la isla sólo permanecieron 52 judíos, en contraposición con el 80% del Judaísmo Helénico que fue deportado y asesinado en el Holocausto.
Múltilples y merecidos reconocimientos
- En 1978 el Instituto Yad Vashem de Jersualén le concedió al Arzobispo Chrysostomos y al Intendente Loukas Karrer el honroso título de Justos entre las Naciones.
- Dicha distinción se le otorgó igualmente al líder partisano de la isla Dimitri Katebatis.
- Esta memorable historia emerge en el volumen del historiador Dionyssios Stravolemos, «Un acto de heroísmo, un acto de reivindicación» (1988), así como en el corto film de Tony Lykouressis rotulado «La canción de la vida».
- En el año 1992, la Federación de Comunidades Judías de Grecia erigió dos monumentos de mármol en el lugar que operaba la sinagoga local previo al terremoto que se abatió sobre la isla, en homenaje a los antedichos salvadores. Descendientes de esta comunidad judía los visitan anualmente para expresar su reconocimiento a quienes salvaron a sus progenitores.
- En la Televisión Israelí, el periodista Itay Oren realizó un documental corto rotulado «Una isla de Humanismo» en la que se aborda la salvación de la antedicha comunidad.
- Con el respaldo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Grecia, se exhibió el film «La canción de la vida», dirigida por Tony Licursy en la que se relata la salvación de la familia Forte por la familia Rapsomoniki en el pueblo de Lulaike
Otro documental elaborado por el productor americano Steven Privolos denominado «La vida sonreirá», describe la cálida relación entablada entre la población judía y la población cristiana, que posibilitó la salvación de la comunidad judía de Zacinto durante la Segunda Guerra Mundial.-
Fuente: aurora-israel.co.il