Por Ana Jerozolimski. Publicado en Semanario Hebreo el 12 de Abril de 2018.
Conocemos de cerca a hijos y nietos de los sobrevivientes de la Shoá que viven entre nosotros. Sabemos de la tristeza por lo que sus mayores perdieron y de la felicidad de saber que pudieron seguir adelante y comenzar una nueva vida. En muchos casos, gracias a no judíos que arriesgaron la suya para salvarlos. Pero conocemos menos a los descendientes de los salvadores, quienes no necesariamente reciben reconocimiento de su entorno, pero pueden andar por la vida con el orgullo de saber que sus antepasados honraron su nombre con su actitud.
Lekë Rezniqi, kosovar albanés, es uno de ellos. Es el bisnieto de Arsllan Mustafa Rezniqi, el primer albano kosovar reconocido por Yad Vashem como “Justo entre las Naciones”. Se desempeña hoy como Secretario de la Asociación de Amistad Kosova- Israel “Dr. Haim Abravanel”. Es farmacólogo de profesión y trabaja como periodista, productor e informativista en “Kohavision”, una televisora nacional privada.
Su familia es de origen musulmán pero Leke recalca que el comportamiento de su bisabuelo nada tuvo que ver con consideraciones religiosas sino con su propia actitud humana y con lo que consideraba eran los valores centrales de su comunidad y nación.
Leke vive hoy en Prishtina, la capital de la República de Kosova, y nos comenta que su país aún no ha sido reconocido ni por Uruguay ni por Israel.
Debemos señalar que escribimos “Kosova” y no “Kosovo” como se acostumbra en español, ya que cuando le comentamos al respecto Leke nos explicó que los ocupantes serbios les llamaban “Kosovo”, mientras que para ellos, el nombre de su país termina en “a”,
Su familia está compuesta por sus padres Adnan y Nergize, su hermano Redon y su hermana Rina. La familia es propietaria de una imprenta y un estudio gráfico.
Y no menos importante es contar que su alma está unida a la de la uruguaya Dinah Spitalnik Konforti, cuya madre- a la que Leke llama “tía Ivetta”- y abuelos, fueron salvados por el bisabuelo de Leke en los oscuros años de la Segunda Guerra Mundial.
A Dinah ya hemos tenido la oportunidad de entrevistarla sobre su apasionante novela “Escape de los Balcanes. La valiente saga de la familia Konforti Kohen durante el Holocausto”. Ahora, el relato de Leke.
P: ¿Qué debe contarse para honrar la memoria de tus ancestros que actuaron con tanta valentía en la Segunda Guerra Mundial, salvando a judíos? Resumamos qué hicieron.
R: Te diré que la narrativa de la Resistencia albano kosovar a los Nazis comenzó de hecho con mi bisabuelo Arsllan (Mustafa) Rezniqi. Él era un mercader en Gjakova, Kosovo, que luego se mudó a la ciudad de Deçan. Ya en 1931 se mantenía trabajando como comerciante en Albania, Macedonia, Turquía y Grecia, y sus principales colegas eran judíos de Skopje, Macedonia y de Thessaloniki en Grecia. Entre ellos los principales eran David Koen y Rafael Natan. En 1939, en la víspera de la Segunda Guerra mundial, cuando estaba claro que sus vidas corrían peligro por el ascenso del nazismo en Europa, David Koen, Rafael Natan y otro colega, Solomon Konforti, pidieron ayuda a mi bisabuelo. Le pidieron ir a vivir con nuestra familia en Deçan, preguntaron si mi familia podría facilitarles alojamiento y darles seguridad.
Mi bisabuelo trajo a Koen, Natan y Konforti y sus familias a su hogar en 1940. Luego, cuando Yugoslvavia capituló ante los Nazis en 1941, mi bisabuelo continuó escondiéndolos y eventualmente los ayudó a huir a Albania. O sea que mi bisabuelo no se limitó a refugiar y proteger a esas familias, sino que también contrató a un profesor , Beqir Kastrati, para que vaya a su casa en forma clandestina a enseñar a los niños.
Se supo sobre el santuario de la familia Rezniqi por lo cual otras familias judías se acercaron a pedir ayuda y en poco tiempo, 40 familias judías de Macedonia, Bulgaria y Serbia, hallaron refugio en nuestra casa, a veces por unos días, a veces durante meses, hasta que mi familia lograba organizarles un viaje seguro a Albania.
A fin de camuflar su presencia, a todas las familias judías les dieron atuendos albaneses tradicionales. Los residentes de Deçan sabían que Arsllan y su esposa, mi bisabuela Fatime Stavileci Rezniqi, estaban escondiendo judíos, pero ninguno de ellos lo reveló nunca ante la policía nazi que patrullaba la zona.
P: Nobleza y valentía dignas de destacar. Leke ¿cómo vives tú este capítulo en la historia de tu familia? ¿Es algo que supiste desde siempre?
R: Yo estoy muy orgulloso de cómo actuó y de lo que hizo mi abuelo durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando era chico, esa parte de la historia familiar se escondía como un secreto que no se compartía con los niños. Pero siempre recuerdo una frase muy sencilla que me habían dicho: Padre Arsllan tenía algunos amigos Judíos. Nada más. Al crecer yo, después de los cambios en Kosovo, mi abuelo Mustafá, hijo de Arsllan, me explicó en detalles qué había hecho su padre y quiénes eran los Konforti.
Es una parte importante de la historia de nuestra familia, de la cual estamos muy orgullosos. Te diré más: para mí, eso es un ejemplo de BESA, el código de honor albanés, que define cómo un ser humano tiene que actuar, sin que importe el riesgo que corra o las consecuencias para sí mismo o su familia.
P: Este no es un capítulo de la historia sobre el que se sabe mucho…
R: Tengo que decirte aquí que lo que aún no se ha registrado de esta historia es el rol que los albaneses que se hallaban fuera de la nación soberana de Albania, especialmente en Kosova ocupada por los nazis, jugaron en ese rescate. Las fuerzas comunistas en Albania y en la ex Yugoslavia de la posguerra lo ocultaron. En Kosova, la supresión de la información también se cruzó con un siglo de dominio eslavo sobre la mayoría albanesa en la población, lo cual derivó en la representación deformada de su historia y su cultura.
O sea que las memorias de experiencias de primera mano, fotos, artefactos y algunos registros escritos, circularon por canales privados, entre familiares y amigos de confianza, y recién ahora están siendo guardados para la posteridad. Recién a mediados de la década pasada este esfuerzo comenzó de modo organizado para reconstruir a través del relato oral el papel esencial que los albaneses kosovares tuvieron en la salvación de judíos al ocultarlos de los nazis y facilitarles un pasaje seguro a Albania.
P: ¿Tus antepasados son considerados héroes en Kosova?
R: Lamento decir que no. La realidad es que Kosova no ha hecho nada aún para honrar a quienes rescataron judíos. No sólo a mi bisabuelo sino a ningún otro.
CUESTIÓN DE ELECCIÓN
P: ¿Cómo describirías a los miembros de tu familia que ayudaron a salvar judíos en aquellos años? Quizás gente común y corriente, simplemente buenos seres humanos, que en el momento clave, supieron mostrar su grandeza y actuaron como héroes.
R: A pesar de que comenzamos a hablar libremente de este tema recién después de la guerra de 1999, simplemente porque antes no nos sentíamos seguros de mencionarlo, me resulta sencillo describirlos. O mejor dicho, explicar por qué actuaron tal cual lo hicieron: porque era lo correcto. De eso se trata lo que en Albania se conoce como un fenómeno único que ya mencioné: “Besa”, que es la máxima promesa que puede hacer un albanés. Significa que uno jamás debe traicionar la palabra que ha dado. Los judíos eran “huéspedes” y no eran considerados en absoluto “extranjeros”.
P: Creo que es bastante obvio que los Nazis no habrían sido tan exitosos en la implementación de sus planes, si no hubieran contado con tantos colaboradores. ¿Crees que es solamente una cuestión de actitud el decidir si uno se convierte en colaborador o salvador?
R: En lo que a nuestra nación respecta, como ya he dicho, hay aquí una cuestión cultural , una promesa al máximo nivel. Nuestra nación ha estado bajo distintas ocupaciones durante siglos y creo que hubo aquí también un sentido de empatía. La idea era que cuando un amigo o un invitado está en riesgo y solicita ayuda, debes prometerle (Besa), que lo protegerás, aunque para ello tengas que sacrificar a tu propia familia.
LO PEOR
P: ¿Cómo explicar, a tu criterio, por qué es importante conocer lo ocurrido en la Shoa?
R: Debe recordarse siempre el Holocausto. Yo pertenezco a un país que ha sufrido diversos elementos propios de un holocausto: matanzas, masacres, discriminación deportación, campamentos de refugiados y mucho más. Fue un intento de genocidio. Creo que la humanidad siempre debe recordar el Holocausto a fin de que eventos como ese no ocurran nunca más. Pero lamentablemente, somos testigos del hecho que el mundo no ha aprendido las lecciones y sigue habiendo barbaridades en distintas partes del mundo.
P: Solemos decir que la Shoa fue única, pero que ello no significa que no haya otras tragedias terribles e inclusive otros genocidios. ¿Cómo ubicarías a la Shoa en la línea del tiempo a lo largo de la historia?
R: Fue el evento más terrible en la historia moderna y debe ser recordado , jamás olvidado Hay lecciones que debemos aprender de ello , para las generaciones venideras.
LA RELACIÓN CON ISRAEL
P: Tú eres el Secretario de la Asociación Kosova-Israel. ¿Por qué?¿Qué te une a Israel?
R: Amo a Israel. He estado allí ya muchas veces y tengo la intención de volver a ir. La asociación se enfoca en el fortalecimiento de la amistad entre los dos pueblos. Tenemos muchas cosas en común, en nuestra historia y en muchas tradiciones.
“ENCUENTRO HISTÓRICO”
P: Leke, como tú ya sabes, he publicado entrevistas con Dinah Spitalnik sobre la salvación de tu familia gracias a tu bisabuelo. La gratitud de su parte por ello, tiene una nueva dimensión desde que ustedes se conocen personalmente. ¿Cómo vives tú esta relación?
R: ¡Qué bueno si pudiera compartir contar todo aquí! Son muchas emociones. En el 2011 encontré a Dinah a través de las redes sociales, le mandé un mensaje y ella me contestó. Quedamos en hablar por teléfono, tomando en cuenta las cinco horas de diferencia entre Uruguay y Kosova. Hablamos en inglés. Fue un día de gran emoción para mí. Al fin estaba hablando con alguien de la familia Konforti. Pregunté por la tía Iveta. Dinah me dijo que su mamá no habla inglés sino solo español y hebreo. Dije que no hay problema, que yo hablo un poco de español. Y ahí apareció la Tía Ivetta, hablándome y hablándome en español…y yo entendí todo. Ella recordaba todo lo ocurrido, a los miembros de la familia, los nombres de cada uno de ellos. Para mí, fue como un sueño hecho realidad. Estaba hablando con Ivetta, la pequeña hija de Solomon, sobre la que había oído tantas historias desde que yo era pequeño.
Y luego, en el 2015, Dinah vino de visita a Kosova, algo muy emotivo para mí. Yo lo llamé “reunión histórica”. Jamás olvidaré el día en que ella llegó al aeropuerto. Finalmente, los descendientes de las dos familias, que habían estado separadas durante siete décadas, se estaban encontrando. Libres y felices. Dinah y yo. Pasamos estupendo juntos. Y quedamos en que nuestro próximo encuentro sería en Uruguay. Abriguemos la esperanza de que así sea.
P: Algo me dice que lo lograrán. Gracias Leke por tu tiempo y por este relato tan emocionante.
R: Gracias a ti por el interés.