Por Dinorah Polakof. Publicado en Semanario Hebreo el 12 de setiembre de 2019.
Finalizando el mes de agosto se hizo presente en nuestra institución un grupo de 6º año de la Escuela Wara. Los maestros Valentina Ferrer y Joaquín Pacheco, acompañaron a 17 niños de entre once y doce años con la intención de complementar de forma didáctica lo que ya habían estudiado en Historia (Segunda Guerra Mundial y Holocausto). La visita se organizó en base a tres instancias con una duración de dos horas: una charla introductoria desarrollada en el espacio de la Biblioteca de Shoá Simón Wiesenthal, acceso a la sala donde se encuentra la línea de tiempo, y recorrido por el Museo de la Shoá. La Prof. Gisela Spínola y quien escribe, definimos la misión del CRH (Centro Recordatorio del Holocausto) así como sus orígenes y funciones. Conversamos sobre las actividades que se realizan dentro y fuera de nuestra casa dejando en claro que uno de los principales objetivos es difundir y educar para que los hechos acaecidos en el período que comenzó desde antes de la Segunda Guerra Mundial no vuelvan a repetirse. Dimos significado a la terminología Shoá, de modo de contraponer los valores de tolerancia y aceptación de la otredad frente a la discriminación. Para ello, apelamos a la memoria y sus diversas formas de expresión: en la voz y la palabra escrita de los sobrevivientes. Se exhibieron libros con historias personales, diarios íntimos escritos por adolescentes que vivieron en esa época y una selección de afiches traídos directamente por ex becarios de Yad Vashem (Escuela para la transmisión de la Shoá ubicada en Jerusalem) para esclarecer lo que nunca debió ocurrir. Todo ese material fomentó un diálogo natural entre docentes y alumnos, contribuyendo de manera asertiva, reflexiva, a “pensar” juntos en la temática destacando el proceso que definió las acciones tomadas por el nazismo. Se cuestionó acerca de cuánto podemos hacer para combatir la indiferencia. Se valoró a aquellos que sin obtener nada a cambio escondieron a personas judías en sus hogares, ofreciéndoles alimento, aún bajo el costo de sus propias vidas. En el Museo, los niños y niñas contemplaron con detenimiento cada objeto manifestado interés por saber, consultando, ampliando conocimientos. El espacio destinado exclusivamente a la línea de tiempo aportó a sus saberes. Conformó un recorrido visual extraordinario a fin de que cada niño y niña pudieran ubicar los eventos, en forma ordenada, según las fechas en que estos ocurrieron. Sin dudas fue una mañana provechosa. Felicitamos a los maestros Valentina y Joaquín por su labor dado que sus alumnos ya traían una cuantiosa información.