Solo unos días habían pasado desde la celebración de Rosh Hashana, cuando esa misma semana, para ser más exactos, el viernes 18 de setiembre, estábamos esperando junto a Dinorah Polakof, un nuevo grupo de jóvenes que visitarían el Museo.
Era una nueva oportunidad para trasmitir y enseñar los terribles acontecimientos que vivieron los judíos de Europa desde el ascenso de Hitler al poder.
En esta ocasión nos visitaron del Liceo de la Utu de Pando , jóvenes de tercer año acompañados por la Profesora de Idioma Español Virginia Bertora.
Dicha visita se realizó en el marco de un Proyecto sobre el Diario de Ana Frank que la profesora y sus alumnos estaban desarrollando. El mismo consistía en la lectura del Diario, la construcción de una maqueta del Anexo Secreto y la redacción de cartas dirigidas a Ana Frank y a Hitler como si estos estuvieran vivos. El proyecto culminará con una exposición de las maquetas y de las cartas en el liceo en el mes de noviembre.
El encuentro comenzó con la explicación de cómo se fundó el Centro Recordatorio del Holocausto y que actividades se realizan actualmente dentro del mismo.
Posteriormente Dinorah leyó uno de los artículos de la ley anti discriminatoria que está vigente en Uruguay. Luego continuamos enseñando sobre conceptos como que es el Holocausto, la Shoá, los Ghetos, los Campos de exterminio.
Finalmente llegó el momento de la entrada al Museo, con mucho respeto y conmovidos se realizó la visita al mismo. Escucharon con atención especial las distinta explicaciones y se vieron en los espejos con caritas de asombro y emocionados.
Al terminar el recorrido uno de los jóvenes se acercó y me pregunto cómo pudo haber tanta maldad, esta es una pregunta difícil de contestar y quizás no exista respuesta a la misma.
Creo que es importante entender que lo que pasó fue algo incomprensible e inhumano. Como podemos concebir tanta maldad de un ser humano a otro, es difícil de entender. Cuando comenzamos a estudiar sobre la Shoá, sabemos que no vamos a tener todas las respuestas, pero desde mi lugar de persona no puedo y no quiero dejar de hacer cosas con la esperanza que no se repita el Mal absoluto como lo llama Diana Wang.Por eso soy voluntaria guía del Museo, dedico parte de mi vida a estudiar, enseñar y trasmitir lo que sucedió que no solo es patrimonio de los judíos sino que es de toda la humanidad.
Sandra Veinstein – Educadora voluntaria del Centro Recordatorio del Holocausto
Devolución de Virginia Bertora – Profesora de Idioma Español de la Utu de Pando
Estuvo todo excelente en el Museo. Ambas guías divinas. El grupo se portó muy bien. Me impactó mucho saber que algunas madres, con un instinto maternal fuera de serie, tiraban a sus bebes por los ferrocarriles al saber que tendrían una muerte segura en los campos. Soy madre de hijo único y me hubiera vuelto loca del dolor al saber que ya no tendría opciones, y que debería apostar a la suerte y a alguna alma caritativa que pudiera criar a mi bebé, si sobrevivía al golpe!! Y más me impactó todavía al saber que hubo muchos niños que se salvaron de esa forma, porque esa información no la tenía. Las tres veces que fui a la visita, quedé atravesada por el dolor, y eso que desde marzo busqué información en la red, sin embargo, me sorprendí las 3 veces.
También supimos desde la primera visita, la fortaleza interna de tu propia madre Rita, y del por qué cambió el peine por comida… Yo lo continuaré explicando, con un doble objetivo: generar conciencia y enseñarles a valorar los pequeños detalles en que no se fijan a diario: tener una familia, andar libremente por la calle, disfrutar de estar vivos y hasta de una hermosa puesta de sol. En vez de eso algunos compiten por el último celular, por la marca de los championes … en suma, tienen todo y no disfrutan de nada, porque los valores han cambiado mucho. Por eso, reitero, estas visitas les hace mucho bien, los saca de la nube cotidiana y los aterriza en la realidad, realidad de la que no son conscientes.
Te cuento que al finalizar un niño preguntó: «¿Por qué un ser humano puede ser tan cruel?» Y no sé si mi explicación o la de las guías que respondieron en todo momento, pudo satisfacerle. He buscado más información en la red y me llena de ira saber que ese monstruo nunca pisó un campo de concentración. Y peor aún: me preocupa saber que en la misma red hay gente que sigue diciendo que lo del holocausto es mentira.
Realmente se encuentra de todo en la red, información que no se filtra ni se verifica, información a la que cualquiera tiene acceso. Lamentablemente Internet es el Dios del siglo XXI, y lo preocupante es que los adolescentes piensan que si aparece en la tele o está en internet, es verdad. Les he dicho hasta el cansancio que no todo lo que aparece es correcto ni cierto.
Te cuento que uno de mis sueños es ir a Europa y visitar el Museo de Ana Frank, la admiración que yo tengo por esa niña es enorme, y es libro de lectura sugerido todos los años, desde que ejerzo, desde 1994, este año lo hice obligatorio ya que hace 70 años del cierre de uno de los peores campos. Sin embargo, NO sé si yo pudiera visitar ese campo o cualquier otro, no sé si lo resisto, me congela la sangre ver las filmaciones de sus instalaciones así que imagínate la admiración que yo siento por todos los que murieron y más aún por los sobrevivientes. Se necesita una enorme fortaleza interna para seguir viviendo, tener hijos, sin perder la razón, más aún después de haber sobrevivido a algo así.
Soy consciente, aunque no sé si los niños lo captaron, que siguen existiendo grupos neo nazis, en el mundo entero, la semillita de la discriminación continúa dando sus frutos malditos.
Lamentablemente la palabra, en determinados contextos, tiene poder y a veces hace eco en mentes enfermas.
Pienso que los docentes deberíamos ir mucho más seguido al museo, PARA GENERAR CONCIENCIA, A ESTE MUSEO Y A TODOS LOS MUSEOS SOBRE EL HOLOCAUSTO EN EL MUNDO ENTERO, es una de las formas, aunque no la única, de que ese flagelo termine de una vez.
Para finalizar fui al Memorial del Holocausto, aunque saqué fotos, no tengo todos los símbolos, pero tus guías, divinas, algo explicaron.
Te agradezco mucho y a tus guías también, cómo nos trataron y la paciencia que tuvieron. Fue un enorme placer y espero seguir en contacto. Un beso grande. Virginia Bertora.