La última visita guiada al Museo de la Shoá pre-epidemia
Escribe el Prof. Andrés Serralta, publicado en Semanario Hebreo el 16 de abril del 2020.
El pasado día 13.03.2020 fue recibido en el Museo de la Shoá un colectivo de alrededor de 40 personas, en su mayoría de la tercera edad, quienes a través de la acción de la gestora cultural Rosanna Pratt y una empresa de acompañantes pudieron concurrir a una visita didáctica que fue conducida por los Profesores Sandra Veinstein y Andrés Serralta. La última de este tipo que pudo hacerse antes que fuera recomendada la disminución de los contactos sociales y evitar la interacción presencial en la medida de lo posible a raízde la epidemia de Covid 19, ya que el día del evento fue detectado el primer caso de la enfermedad dentro de las fronteras uruguayas.
Cada grupo etario específico -en este caso compuesto por personas de la tercera y cuarta edad- necesita que los guías del Museo apliquen estrategias educativas apropiadas para ese colectivo, de manera que ello aumente sus posibilidades de adquirir aprendizajes duraderos. Este caso no fue la excepción, tanto por lo numeroso del grupo como por sus particularidades fue preciso adaptar la rutina habitual a sus necesidades específicas. Muchos de los asistentes manifestaron su sorpresa por el valioso acervo patrimonial de que dispone el Museo y por la calidad de los materiales existentes en él, lo cual despertó su interés además de motivarles a hacer gran cantidad de preguntas sobre los objetos en sí, así como sobre el proceso de la Shoá, lo que nos lleva a concluir que la visita tuvo los efectos perseguidos.
Lamentablemente no podemos reproducir aquí la variedad de las temáticas abordadas por los visitantes durante su pasaje
por el Museo, aunque sí podemos testimoniar su agradecimiento e interés compartiendo una hora y media de reflexiones y comentarios surgidos tanto de la explicación didáctica del proceso a través de la Línea de Tiempo especialmente realizada para ello, como de la contemplación de los objetos y los pedidos efectuados para que los guías diéramos nuestra opinión o aportáramos datos sobre aspectos concretos del alcance del genocidio.
Quizás algunas de las consecuencias más destacables de la visita hayan sido;: el vivo interés demostrado por los asistentes; la intención de retornar de algunos de ellos y la intención de repetir la experiencia con otros colectivos de las mismas características manifestada por quienes acompañaron a los visitantes y gestionaron su llegada al Museo. Eventos de este tipo
demuestran una vez más, que el Museo de la Shoá es un espacio abierto para todas las generaciones y del que pueden llevarse consigo una experiencia duradera para transmitir a aquellos con los que los asistentes comparten espacios haciendo que la información y la memoria sobre el Holocausto continúen presentes en nuestra sociedad.-