Por Ana Jerozolimski. Publicado en Semanario Hebreo el 2 de Febrero de 2017.
Con Sandra Veinstein y Dinorah Polakof, transmisoras de la enseñanza de la Shoá.
Sandra Veinstein y Dinorah Polakof están abocadas desde hace años al estudio de la Shoá y su transmisión en gran medida en el marco del Centro Recordatorio del Holocausto en Montevideo. Sandra, en parte desde el lugar que impone su condición de hija de sobreviviente.Dinorah, por la pasión que siempre le despertó el tema, aunque ya sus abuelos lograron salvarse.
Recientemente, ambas, junto con el Profesor Andrés Serralta, participaron en un curso especializado en Yad Vashem, para educadores.Aparte de haber sido ello una buena ocasión para reunirnos con ellos y compartir un largo rato de charla y distensión en el frío de Jerusalem, dicha experiencia es el origen de esta entrevista. La realizada a raíz de ello con el Profesor Serralta, ya la publicamos recientemente. Hoy, la entrevista compartida con Sandra y Dinorah.
Me alegra que hayan estado recientemente en el seminario “Morei Morim” en Jerusalem, junto con Andrés Serralta, ante todo porque fue una alegría compartir con ustedes un rato y poder conversar en unas raras horas en las que no tenían actividad. Ustedes no sólo que ya habían estado en cursos en Yad Vashem sino también en varios eventos en Buenos Aires….y me pregunto si siempre se sigue aprendiendo algo especial.
Dinorah Polakof: El seminario fue tan intenso que para nosotros el encuentro contigo significó una suerte de remanso entre tanta actividad. Tal vez sería bueno aclarar que se trata de la finalización de un curso que comenzamos en febrero del 2016. Integramos dos instancias en Buenos Aires, estudiamos durante todo el período, sin tregua, amén de la presentación y desarrollo del Proyecto que implementamos los tres. Por tratarse de un tema que involucra variadas disciplinas te diría que siempre se sigue aprendiendo.
Sandra Veinstein: En primer lugar, gracias Ana por la posibilidad de difundir nuestras experiencias dentro del marco del Programa “Morei Morim”,” Formador de Formadores”. Fue sin lugar a duda un año de aprendizajes muy significativos para todos. Durante el mismo en lo personal el Curso que realizamos desde abril a setiembre sobre los Ghettos fue una oportunidad de profundizar sobre un tema tan importante dentro del desarrollo histórico de la Shoá. De la misma forma el Proyecto que aplicamos en Uruguay dictando clases junto a Dinorah y Andrés nos dio la posibilidad de integrarnos como un equipo de trabajo.
¿Les parece que hay cosas que se pueden aprender o “absorber” solamente en Jerusalem?
Dinorah: En Jerusalem se respira una espiritualidad y energía increíbles. La conjunción de las tres religiones, sumadas a la libertad para ejercer todos los credos son determinantes a la hora de investigar y continuar en el camino de la docencia. ¿Cómo se podría avanzar sin conocer nuestras raíces? Entre las excavaciones y el flujo permanente de civilización es fácil absorber conocimientos.
Sandra: El final del programa de lo que hicimos durante el año era llegar a Jerusalem y participar de un seminario en Yad Vashem, esa última etapa era importante pues para mi volver es un deseo íntimo y muy profundo que es difícil de explicar. Jerusalem es un lugar único en el mundo, cada vez que llego mi deseo es siempre volver al Kothel, ese espacio especial donde la emoción aparece y logro liberar angustias. Siempre que regreso a Yad Vashem es una nueva oportunidad de estar en contacto con docentes especializados en diferentes temas y poder escucharlos y aprender de ellos es una ocasión única, que nos dejan pensando y reflexionando sobre determinados temas y cuando uno vuelve a Uruguay comienza a profundizar sobre los mismos.
En el curso en Israel compartieron la experiencia con colegas de otros países latinoamericanos y luego también de otras partes del mundo, en el marco de la conferencia internacional. ¿Cómo se sintieron respecto a cómo está Uruguay en cuanto a la enseñanza de la Shoá?
Dinorah: Uruguay tiene el privilegio de contar con el Centro Recordatorio del Holocausto, el Museo de la Shoá y una biblioteca con un material vastísimo. En ella recalamos cuando se trata de profundizar. A nivel nacional se ha avanzado mucho, hay mayor interés en saber y la tarea de difundir es primordial.
Sandra: Uruguay es un país que va avanzando en la enseñanza de la Shoá y contar con la Biblioteca especializada “Simón Wiesenthal” es sin lugar a duda un espacio importante. Asimismo todos los años son varios los profesores que se presentan para realizar el Seminario en Yad Vashem. Las visitas al Museo de la Shoá son otro de los pilares trascendentales que los profesores y maestros realizan dentro de las posibilidades de salidas didácticas con las que cuentan durante el año.
Sin duda alguna nos gustaría que la Shoá, estuviera más inmerso en la curricula de diversas materias tomándolo como un eje trasversal, pero esto no es fácil ya que faltan docentes formados en este tema tan específico. Por esto la formación de docentes en el mismo es fundamental para continuar avanzado. Enfrentarse a la enseñanza de la Shoá es una tarea compleja que nos enfrenta a dilemas de orden moral y éticos. Por tanto es fundamental que el docente que decida hacerlo deberá no solo contar con los conocimientos académicos sino también con un nivel de sensibilidad y tener presente la complejidad del tema.
¿Qué las motiva a ustedes a dedicarse a esto? En tu caso Sandra, tu papá es sobreviviente de la Shoá… Sé que eso es un factor claro en vos. Dinorah… recordame tu historia de conexión con este tema…aunque soy consciente de que los judíos todos nos sentimos conectados con esto, independientemente de nuestras historias personales.
Sandra: Mi motivación parte seguramente de mi lugar de hija de sobreviviente, pero no es solo esto lo que logra mi compromiso con el tema. También está presente mi lugar como mujer, madre, ser humano en buscar de un lugar mejor para vivir. Uno podría preguntarse entonces es el estudio de la Shoá lo que puede convertir a alguien en mejor persona, puede ayudar al mundo para evitar la discriminación, las guerras, las persecuciones, los refugiados, etc. Yo creo que los que vivieron la Shoá, los que murieron y los que sobrevivieron tienen un mensaje que nos cuentan que nos dejan perplejos ante esa capacidad de sobreponerse a todo, a todo lo imposible de comprender. Por eso siento cada vez que doy una charla, cada vez que guío a niños o jóvenes por el Museo, que estoy haciendo “algo” importante y cuando termino estas actividades me siento bien, siento que estoy en un lugar en el mundo donde quiero estar, quiero contar de esas atrocidades para que otros puedan pensar y reflexionar de lo que otro ser humano es capaz de infringir a otro ser humano.
Dinorah: En mi caso, siempre fue un tema que me apasionó. Los relatos de mis abuelos que tuvieron la fortuna de salvarse antes del comienzo de la SGM y llegar a Uruguay nunca me fueron ajenos. Contaba mi abuela materna, lituana de nacimiento, sobre la búsqueda de familiares y el dolor que le causaba constatar que ya no los vería más. Por otra parte, el segundo esposo de mamá fue sobreviviente y siempre le pregunté por qué había un pantalón a rayas guardado con tanto cuidado en casa. Toda la literatura que encontré pasaba por mis ojos. Incluso hace unos pocos años hice un curso de literatura infantil alemana donde atesoré aspectos relevantes para el estudio. Lo demás fue un devenir apasionante por transmitir.
LA NECESIDAD DE CONMEMORAR
Para terminar… ¿por qué es importante el 27 de enero, el día internacional de recuerdo que se acaba de conmemorar?
Sandra: Hace solo 12 años que las Naciones Unidas comprendieron que era necesario tener una fecha para la recordación del exterminio de seis millones de judíos a manos de los nazis. La fecha designada fue el 27 de enero, que corresponde con el día de “liberación”, de uno de los campos más terrible de exterminio Auschwitz – Birkenau. Es una fecha significativa que nada tiene que ver con una liberación, podríamos hablar quizás de cierre, clausura, pero entiendo que no fue una liberación. Es importante que las Naciones Unidas haya tomado esta iniciativa pues posiciona a la Shoá a nivel mundial dando la posibilidad a los pueblos del mundo de recordar y no olvidar lo que los seres humanos somos capaces de hacer o nuestros semejantes. Pero esta resolución no solo aprobó la recordación del día, sino que también exhorta a los Estados miembros a elaborar programas educativos para la enseñanza del Holocausto, como también rechazan la negación del hecho histórico.
Dinorah: Interesante pregunta que nos insumiría horas contestar. Pero te diría en pocas palabras que a partir de la institucionalización de la fecha, cada nombre, cada persona asesinada dentro del marco de la insania nazi, se corporiza. La memoria es fundamental para que las víctimas no mueran dos veces.
Les agradezco enormemente que hayan compartido todo esto con “Semanario Hebreo”.
Sandra: Ana para terminar quiero volver a agradecerte esta oportunidad de trasmitir parte de la experiencia vivida durante el Programa, que fue muy intenso y que en lo personal me dio la oportunidad de continuar profundizando en un tema que entiendo que aún hay mucho para aprender. Lamentablemente las voces de los sobrevivientes van desapareciendo por una ley de la vida, pero somos nosotros ahora quienes debemos llevar adelante esta tarea de trasmitir desde la pasión y la sensibilidad que el tema genera por lo menos en mí.
ENSEÑANDO SHOÁ EN URUGUAY
Quisiera plantearles algo que va más allá de la vivencia que acaban de tener en Yad Vashem y que está centrado más que nada en Uruguay. En el marco de vuestra actividad en el Centro Recordatorio del Holocausto, ustedes han guiado en numerosas ocasiones a alumnos de escuelas judías y no judías que llegan a visitar, a aprender. ¿Cuál es la diferencia central en la forma en que encaran a los distintos grupos? ¿Saber que viene un grupo de una escuela judía cambia mucho?
Dinorah: Ser guía de ambos tipos de grupos no difiere en cuanto la preparación. En primer lugar hemos avanzado en las formas tecnológicas dado la impronta del momento en que vivimos y si bien los chicos de instituciones judías han tocado el tema, resulta asombroso que a veces no tienen idea de la existencia del Museo.
Sandra: Ser guía del Museo es una experiencia que te enriquece en cada oportunidad que la realizas. A la hora de planificar la visita no pensamos si son o no son de escuelas judías, lo que planificamos tiene que ver con las edades de los que realizan la visita. Respetamos a los niños, aunque ellos generalmente nos sorprenden con sus conocimientos sobre el tema o sus preguntas que nos dejan pensando. Lo que es importante destacar que llegan grupos de todos los departamentos del Uruguay y no solo de Montevideo.
¿Cómo viven los encuentros con los alumnos no judíos? En muchas oportunidades he publicado en el Semanario Hebreo cartas de profesores y directores y comentarios de niños… aún así, me gustaría que ustedes traten de resumirlo.
Sandra: Es difícil generalizar, pues los grupos que llegan son muy variados, algunos de escuelas o liceos públicos otros de privados. La emoción y la sensibilidad siempre están presente al terminar el recorrido por el Museo y seguramente que la pasión y la entrega de quien realiza el recorrido es un punto fundamental. Los abrazos y el agradecimiento de parte de los jóvenes y de los docentes están siempre presente en cada uno de los encuentros.
Dinorah: Cada instancia es promisoria. Somos conscientes de que no podemos permitirnos fallar puesto que estos niños serán los que defiendan en el futuro los derechos humanos y el respaldo a coexistir en las diferencias. Si logramos encender en ellos una chispa de empatía con lo ocurrido durante la Shoá ya podemos darnos por satisfechos. Sobre los saberes y lecturas que traen a priori es necesario advertirles acerca de lo que es ficción y lo que no. Sugerimos que exploren sobre todo basándose en los hechos históricos.
Los niños siempre logran sorprendernos. ¿Recuerdan alguna pregunta que las haya tomado por sorpresa?
Sandra: Sí que he tenido preguntas que nos toman por sorpresa pero estamos preparados para que esto ocurra. Las preguntas suelen ser respecto a la maldad de Hitler, porque les paso a los judíos, porque no se escaparon, las respuestas siempre van de acuerdo a las edades cronológicas de los que preguntan. Es importante trasmitirles que la Shoá debe ser entendida como un terrible acontecimiento que aconteció a la humanidad en su totalidad.
Me gustaría contarles una experiencia de un grupo de jóvenes que sufrieron violencia doméstica y llegaron acompañados por docentes de la ONG que les prestaba ayuda. Luego de escuchar el relato de Rita Vinocur sobre su madre, nos dirigimos al Museo y la docente le expreso a los jóvenes:” vieron si ellos pudieron salir del infierno mismo, ustedes también pueden, sí que se puede”.
¿Aprenden algo de cada visita?
Dinorah: Sí. Nunca dejamos de asombrarnos por ello. Porque cada instancia se traduce en un intercambio y porque los grupos provienen de distintos ámbitos. Nosotros recibimos instituciones del orden público y privado, del interior y de la capital del país así como de diferentes franjas etarias.
Sandra: La experiencia de la visita al Museo es un aprendizaje de esos que seguramente no olvidaran fácilmente y muchas veces con el correr del tiempo lo vuelven a recordar. La pregunta de que aprenden me es importante centrarla en los conceptos de prejuicios, racismo, estereotipos, que son conceptos que no solo les permitirán comprender la Shoá sino que también son conceptos actuales que en algunos casos ellos mismo los sufren y son lamentablemente parte del mundo en el que vivimos. También me es importante destacar que en las visitas trasmitimos valores humanos, éticos y democráticos que son a nuestro entender fundamentales para la convivencia en paz entre de los pueblos.