Nuestro homenaje. Días de recuerdo y reconciliación.

Nuestro homenaje. Días de recuerdo y reconciliación.
25 mayo, 2015 administrador

Por Lic. Rafael Winter (Rufo). Publicado en Semanario Hebreo el 14 de Mayo de 2015.

Un 8 de mayo, hace setenta años, concluía-previa rendición incondicional de la Alemania nazi-la Segunda Guerra Mundial. Esta es la fecha conmemorada por la mayoría de los países. En la Unión Soviética durante años-y posteriormente en Rusia y otros territorios de la ex-URSS- la conmemoración es el 9 de mayo.

 

En realidad, las fechas mencionadas hacen alusión a la finalización de la guerra en Europa. En el frente asiático la guerra continuó algunos meses más, hasta que el Presidente Truman tomó la dramática, terrible decisión de lanzar la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki. El 2 de septiembre de 1945 el Imperio del Japónuno de los principales responsables de esta inhumana conflagración- se rindió y allí sí, se terminó todo.

Pasaron setenta años.

Cualquier guerra es horrible (pueden haber guerras necesarias, nunca buenas) pero si puede haber una «graduación» de las mismas, seguramente la Segunda Guerra Mundial fue la peor, la más sangrienta de todas: por la cantidad de víctimas, decenas y decenas de millones de personas; por la cantidad desproporcionada de víctimas civiles; por el intentoparcialmente realizado-de genocidio del pueblo judío, la Shoá; por el sufrimiento y por el horror; por las formas de exterminio. La tecnología al «servicio» de la muerte.

Por la cantidad de personas, ejércitos y países-de los cinco continentes-involucrados en la guerra. Por los millones de familias desmembradas. Por los millones de inocentes que murieron y por aquellos que no pudieron nacer. Por países, ciudades y comunidades enteras-otrora en su esplendor- ahora destrozadas. Por las profundas consecuencias de la guerra, varias de las cuales duran hasta hoy y perdurarán por mucho tiempo más.

Para varios de los países finalmente vencedores del nazismo o mejor dicho de la Alemania nazi -el nazismo aún no ha sido derrotado, su veneno se esparció- las fechas arriba mencionadas se conocen y hasta se celebran como el «Día de la Victoria». Y es comprensible que así sea. Ya sea que se trate de rusos, franceses, ingleses, norteamericanos u otros.

Pero además de celebrar, corresponde reflexionar en días como estos.

En tal sentido, las Naciones Unidas, con buen criterio, declararon en su momento a estas fechas como «Días del recuerdo y reconciliación».

Cabe reflexionar. Se debe reflexionar.

¿Cómo pudo ocurrir semejante hecatombe?

¿Cómo pudo ocurrir que una parte considerable del pueblo alemán se dejó embaucarconciente o inconcientementepor Hitler? ¿Cómo pudo pasar esto en la-así se dice-civilizada Alemania?

¿Cómo pudo ocurrir que Alemania no frenó a Hitler a tiempo cuando aún podía hacerlo? ¿Cómo pudo ocurrir que Europa-las democraciasno lo frenó a tiempo, sabiendo ya quien era y cuando aún era posible? (Hitler comienza sus conquistas territoriales bastante antes de 1939)

¿Por qué se permitió el desmembramiento de Checoeslovaquia? ¿Por qué las democracias llegaron a ese grado de debilidad- «apaciguamiento»- tan extremo?

¿Como pudo Stalin, precisamente Stalin, pactar con Hitler, ese mal habido pacto germano soviético, sin el cual difícil que la guerra hubiese estallado, por lo menos en ese momento?

Son solamente algunas de las preguntas-entre muchas- que nos formulamos. Por supuesto que hay un trasfondo bastante anterior a Hitler y a la Alemania nazi -Primera Guerra Mundial incluida y más anterior aún- tanto en Alemania como en Europa.

De todos modos, si bien el nazismo fue el culpable principal (nunca antes la «representación » del mal había sido tan evidente) no hubiese llegado a lo que llegó si en Alemania, cuando aún se podía-República de Weimar antes de 1933- hubiese habido una oposición sensata, responsable y unificada contra el nazismo que se venía y por sobre todo no se hubiese llegado a lo que se llegó si las democracias, y la no democrática URSS, hubiesen demostrado firmeza y energía, en lugar de extrema debilidad y falta total de visión.

Hubo varias ocasiones de frenar a Hitler antes de 1939.

Cuando finalmente se intentó, ya era demasiado tarde.

¿Aprendió el mundo desde entonces? Si bien es cierto hubo intentos y concreciones de reconciliación de países y se crearon las Naciones Unidas; si bien es cierto que hay quienes estudian y son críticos con su pasado -Alemania- para que tragedias como esta no vuelvan a ocurrir; si bien es cierto que Europa esta buscando desde hace décadas la Unión (Mercado Común, Unión Europea) procurando, entre otras cosas evitar una catástrofe como la pasada; si bien han habido países que con gran esfuerzo y trabajo han resurgido de entre las cenizas; si bien han habido otros cambios favorables, por otro lado, el mundo no del todo aprendió.

Genocidio de Camboya, genocidio de Ruanda, «limpieza étnica» en territorios de la ex Yugoeslavia. Racismo, antisemitismo, xenofobia y toda forma de discriminación posible siguen proliferando en mayor o menor medida de acuerdo a las latitudes.

Pocos se salvan. Aquel que esté libre de culpa…

Para peor, hoy en día imperan el fanatismo, terrorismo y fundamentalismo como quizás nunca hubo antes.

¡Cuanto hay que educar todavía a la humanidad para implantar en las conciencias de todos la necesidad e importancia de los Derechos Humanos!

Pasaron setenta años.

En las fechas arriba mencionadas, en primer lugar un recuerdo para todos aquellos ejércitos, soldados (entre los cuales también miles de judíos) civiles, gobernantes que enfrentaron al nazismo con valentía, coraje y dignidad.

Para todos aquellos que lucharon y/o colaboraron en la lucha contra la bestia nazi con «sangre, sudor y lágrimas» y la derrotaron.

Un recuerdo para los millones y millones de víctimas inocentes de todas las naciones, particularmente civiles. Nuestro respeto hacia todos ellos.

En cuanto al pueblo judío, en las fechas mencionadas no hay lo qué celebrar y festejar. Nada. Y no solamente porque también tengamos nuestras fechas de recordación y conmemoración. Para el pueblo judío fue noche y bruma. Fue la hecatombe total.

La Shoá marcó una cicatriz que jamás se borrará del cuerpo del pueblo judío, por más de que haya resurgido de las cenizas- metafórica y literalmente-con la creación del Estado de Israel. Conciente o inconcientemente, la Shoá condiciona nuestras vidas, actitudes y posturas, y también las del Estado de Israel y creo que lo condicionará durante mucho tiempo más.

La Shoá fue la oscuridad total.

Solo queda recordar. Por supuesto educar. Y trasmitir.

También buscar todos los mecanismos legales para defender a las democracias.

Para que horrores como estos nunca más vuelvan a repetirse. Contra nadie!!

«Y convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro ni a recibir instrucción para la guerra».

Estas hermosas palabras del Profeta Isaías -anunciando la era mesiánica- se parecen, cada vez más, a una también hermosa utopía… 

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