«Reafirmando que los Derechos Humanos se deben de respetar y esa debe ser la premisa en todo tiempo y lugar»

El martes 19 de julio del 2022, la directora del Museo de la Shoá de Uruguay, Prof. Rita Vinocur, recibió a Julieta Barreto y Santiago Mederos para relizar una visita guiada en el Centro Recordatorio del Holocausto. La devoluciones de ambos estuvieron llenas de palabras cálidas y profundo aprendizaje, aquí las compartimos:

Julieta Barreto

«Sería una mentira piadosa no admitir que contaba los días, los minutos y los segundos con tal de que llegara el martes 19 de julio y poder visitar el Centro Recordatorio del Holocausto del Uruguay; así como sería un eufemismo no explicar mi alegría cuando el día finalmente aconteció. Sin embargo, a medida que el tiempo transcurría y los granitos de arena del reloj iban cayendo estrepitosamente los nervios comenzaron a ir en aumento.
Siempre me consideré más bien una chica a la cual le gusta observar atentamente, escuchar todo lo que se pueda escuchar (incluso en los más duros silencios), mientras internamente voy reflexionando.
No solamente fue el lugar, sino su combinación con la conversación con Rita, cuando  las pocas palabras que podía haber utilizado a lo largo de la conversación con ella y mi gran amigo, Santiago Mederos, huyeron de mí cuerpo, evaporándose, dejándome sola en carne y huesos. La historia de vida que Rita nos compartió sobre su familia, especialmente sobre su madre y sus tíos, más los lugares que recorrimos dentro de la institución me partieron como un rayo más de una vez. Comprendí, que me es muy difícil no pararse en ese tiempo tan nefasto de la historia y sentir tristeza, impotencia y culpa. Durante todas esas horas pude notar, al único tatuaje que tengo, arder en llama viva, este grita por lo alto en el cielo lo siguiente ‘Renacer'».

Prof. Santiago Mederos

«Desde nuestra experiencia como jóvenes y educadores de nuestro gran país, podemos asegurar que escuchar a Rita, la historia de su mamá (Ana) fue una combinación de sentimientos entre admiración, cariño y mucha angustia. Por supuesto que esos componentes son parte de la vida per sé; no obstante sostenemos la idea de actuar en concomitancia para con las normas éticas y morales que poseemos reafirmando que los Derechos Humanos se deben de respetar y esa debe ser la premisa en todo tiempo y lugar, así y solo así dormiremos con la consciencia tranquila. Del mismo modo; somos grandes soñadores, cada día, en cada ocasión, en cada clase soñamos con un hoy mejor que ayer y un mañana mejor que el hoy. No podemos ser indiferentes a lo que sucede, de lo contrario seremos cómplices. Finalmente quisiera terminar las líneas diciendo vehementemente: ‘¡Nunca más!'».-