«Memorias de la Shoá», un proyecto transversal educativo sobre la memoria e historia del siglo XX que cuenta con el apoyo del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay

«Memorias de la Shoá», un proyecto transversal educativo sobre la memoria e historia del siglo XX que cuenta con el apoyo del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay
22 septiembre, 2023 administrador

«Memorias de la Shoá», un proyecto transversal educativo sobre la memoria e historia del siglo XX

Escribe el Prof. Brian Lanfranco

Desde 2018, he estado llevando adelante un proyecto educativo interinstitucional sobre la memoria de la Shoá, en algunas de esas ocasiones acompañado por colegas que se incorporaron con sus estudiantes. En junio del 2020 compartimos el proyecto en el Semanario Hebreo y en la página del Centro Recordatorio del Holocausto de Uruguay en coautoría con la profesora Valeria Paredes. A lo largo del tiempo, este proyecto ha ido madurando desde el punto de vista didáctico y cada vez adquiere más relevancia en una de las tareas fundamentales de la disciplina Historia: comprender los acontecimientos del pasado y, desde una perspectiva humanista, proporcionar a las personas herramientas intelectuales y críticas para evitar que tales tragedias como la Shoá se repitan.

En esta 5ta edición del proyecto educativo “Memorias de la Shoá”, se contó con la participación de estudiantes de diversas instituciones: el Colegio Santa María, el liceo público N°77, y estudiantes del plan bimodal virtual (EduTic, DGES) que se conectan a las clases desde distintas partes del país. Los estudiantes están cursando primer año de bachillerato y se involucraron en este proyecto en el marco de un enfoque transversal de historia y memoria que he definido para dicho programa, para el cual me he nutrido del intercambio de mis colegas los profesores de historia Gonzalo Correa, Oscar Carol, Valeria Paredes y Oscar Destouet, en diferentes espacios de trabajo conjunto.
En “Memorias de la Shoá” se les propuso a más de 120 estudiantes de diferentes contextos socioculturales que llevaran a cabo un intercambio de materiales y reflexiones sobre las víctimas de la Shoá utilizando una pizarra virtual colaborativa llamada Padlet. Cada subgrupo de tres o cuatro estudiantes se encargó de buscar y compartir un testimonio de un sobreviviente de este genocidio con el resto de los participantes. Junto con el testimonio incluyeron una serie de preguntas reflexivas para que sus compañeros las respondieron en un diálogo abierto.
Resultó gratificante ver cómo los alumnos han construido el conocimiento de manera colaborativa. Además, han logrado generar una perspectiva compartida en la que cada comentario y publicación ha sido abordado de manera empática y dialógica en relación a los testimonios correspondientes.
Un grupo de estudiantes expresó opinión respecto a los efectos psicológicos experimentados por la población judía en los guetos, en respuesta a la pregunta planteada por sus compañeros, acerca del testimonio de Celina Biniaz:
“Desde una perspectiva psicológica, la experiencia de los judíos en los guetos durante el Holocausto fue extremadamente traumática. El aislamiento forzado, la falta de libertad y la incertidumbre acerca de su futuro, así como la exposición constante a la violencia y la opresión, tuvieron un impacto emocional profundo en la psicología de los judíos, así como otras minorías víctimas de los nazis. El estrés y la ansiedad eran omnipresentes de acuerdo como se relata en los testimonios, ya que los judíos vivían en condiciones de hacinamiento y eran forzados a compartir alojamientos y a menudo insalubres con varias personas. La falta de comida, agua y recursos básicos, como medicamentos, también creó una sensación constante de inseguridad y desesperación. La falta de libertad y la exposición a la violencia, el acoso y la discriminación también contribuyeron a un sentimiento de desesperanza. Estaban expuestos constantemente a las crueldades de los guardias nazis y otros perpetradores de violencia. Además, la separación de familias y amigos y la pérdida de seres queridos también causaron efectos psicológicos y emocionales muy severos, que seguramente jamás han olvidado”.
Un grupo realizó luego de compartir un video con testimonio de Ana Benkel de Vinocur las siguientes interrogantes, que luego sus compañeros respondieron: ¿Cómo cree que se sintieron al perder aspectos de su identidad? ¿Por qué todo el tiempo se hablaba de la muerte en el campo de concentración?
“Pensamos que al perder su nombre, sus costumbres, su cultura, se debían sentir totalmente perdidos y en una situación desagradable, al ser por ejemplo llamados e identificados con un número y no por su nombre personal. También sentían que los trataban como si fueran objetos y no los trataban como personas, tampoco se preocupaban por su vida ni por las condiciones en las que estaban”. Otros estudiantes agregan su perspectiva: “es difícil imaginar la profundidad del dolor y la pérdida que los judíos experimentaron durante el Holocausto. Debió de ser devastadora la pérdida de identidad, o su intento, como el nombre y el apellido, incluso siendo tatuados por los nazis con un número… seguramente es de las peores cosas que le pueden pasar a un ser humano el no tener un nombre, el no ser respetado, el no tener importancia alguna. Simplemente terrible”.
En cuanto a la idea de muerte tres estudiantes sostienen: “La muerte era una realidad omnipresente en los campos de concentración y exterminio nazis. Los judíos eran sometidos a condiciones extremas y duras tanto física como mentalmente, viendo tanto a conocidos como a desconocidos morir, y ellos eran completamente conscientes de que algún día podrían correr con esa desgracia”.
Un par de estudiantes dejaron las siguientes interrogantes planteadas: “Para aquellos que lograron salvarse al terminar la guerra y poder salir de allí , ¿en qué pensaban o que hacían cuando volvían a la realidad fuera del gueto o del campo de concentración? ¿volvían a retomar aspectos de su identidad? ¿Como volvían a la “normalidad”? ¿Cuál era su “normalidad”? ¿Tuvieron algún apoyo después de volver a la vida en sociedad?
Proyecto transversal del curso de historia en el que se enmarca “Memorias de la Shoá”
El proyecto educativo transversal abarca diversas experiencias de memoria de las víctimas, como el genocidio armenio (1915-1923) que tuvo comienzo durante la Primera Guerra Mundial, los testimonios de los niños japoneses que sobrevivieron al bombardeo atómico en Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial (6 y 9 de agosto de 1945), los relatos de los sobrevivientes de la Shoá (1933-1945) que aún perduran en diferentes formatos, algunos de los cuales se han establecido en Uruguay, como son los casos de Ana Benkel de Vinocur y Chil Rajchman, cuyas vivencias narradas en primera persona se difunden gratuitamente en escuelas, liceos y centros culturales. Se aborda dentro de este proyecto, la memoria de las víctimas de la última dictadura cívico-militar uruguaya, que este año conmemora los 50 años del golpe de estado del 27 de junio de 1973. Aunque estos eventos no están directamente relacionados, se observa una base de discriminación junto a un grado de deshumanización hacia «el otro», así como la frialdad y violencia con la que los perpetradores actuaron desde su posición de poder, utilizando la coerción y todo el aparato del estado contra sus víctimas.
Dentro de este proyecto, se llevan a cabo salidas didácticas al Museo de la Memoria, se invita al Proyecto Shoá y a la profesora Rita Vinocur, hija de la sobreviviente Ana Benkel de Vinocur, como portadora de la memoria de su madre y una representante de la segunda generación. También participan con sus testimonios arqueólogos que han estado trabajando en las excavaciones para encontrar los restos de personas desaparecidas en Uruguay, entre otras instancias y diálogos educativos.
El proyecto transversal en el que se enmarca “Memorias de la Shoá», busca un diálogo entre la Historia y Memoria, pues existe entre estas, rasgos comunes en su objetivo de traer al presente un pasado que ya no existe pero que ha dejado huellas personales y colectivas trascendentales. La Historia intenta buscar e interpretar la veracidad de los hechos. A su vez, se enriquece con testimonios que ayudan a infundir mayor humanidad al contar lo sucedido con la perspectiva de las víctimas. La Historia y la Memoria son instrumentos indispensables para evitar el olvido y para educar a las nuevas generaciones, evitando que, debido a su ignorancia o descuido, resurjan corrientes de pensamiento que coartan la libertad y basan su política en construir enemigos en diversos colectivos a discriminar y marginalizar, y cuanto más eliminar. Cada sociedad tiene el derecho y el deber de resignificar los recuerdos, tanto a nivel individual como colectivo.
En última instancia, sabemos que la cultura se construye con todos y entre todos, y los principios democráticos y humanistas, que tienen registro en la Declaración Universal de Derechos Humanos, puede ayudar a contrarrestar las corrientes negacionistas y asegurar que nunca más ocurran hechos como la Shoá. Nuestro deber es aprender y transmitir las lecciones de estos pasados trágicos; por que al decir de Primo Levi (1947) tras sus vivencias en el campo de concentración “… se debe querer sobrevivir, para contarlo, para dar testimonio; y que para vivir es importante esforzarse por salvar al menos el esqueleto, la armazón, la forma de la civilización. Que somos esclavos, sin ningún derecho, expuestos a cualquier ataque, abocados a una muerte segura, pero que nos ha quedado una facultad y debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la última: la facultad de negar nuestro consentimiento”.-