Todavía hay nazis en Bariloche

Todavía hay nazis en Bariloche
13 septiembre, 2016 administrador

Por Ionatan Was. Publicado en Semanario Hebreo el 1 de Setiembre de 2016.

A esta altura ya es de público conocimiento la historia acontecida hace unos días en un boliche de esta localidad argentina, cuando un grupo de alumnos de un colegio de Lanús (el alemán Sedalo –al sur de Buenos Aires–, para agregarle morbo a la situación) agredió moral y físicamente a sus pares de la ORT, al ataviarse de simbología nazi e imitar el bigote de Hitler, para terminar la “hazaña” con insultos y provocaciones varias, lo cual por su parte provocó peleas entre los jóvenes, algunos de los cuales resultaron heridos.

Además de la lógica preocupación que este hecho generó en las distintas partes involucradas (directa e indirectamente), tuvo una serie de derivaciones cuyos detalles no son de interés desarrollar en profundidad en esta nota, pero sí algún relato interesante que no se mediatizó por estas aguas y que pensamos podrían resultar de interés al lector.

Por un lado, los alumnos señalados como agresores fueron recluidos en el hotel en que se alojaban con la lógica prohibición de ingresar nuevamente a cualquier local nocturno de Bariloche, según los propios encargados de estos últimos. Al mismo tiempo, las autoridades del colegio pidieron las lógicas disculpas públicas (y en particular a la comunidad judía argentina) en tanto que anunciaron sanciones para los jóvenes agresores.

Pero parece que no fue suficiente: dos días pasado el incidente, jueves 25, a través de las redes sociales –en especial twitter– aparecieron mensajes de marcado sesgo antisemita que, según el diario Clarín, podrían haber sido escritos por alumnos y exalumnos del colegio; también, siempre según Clarín, subieron a las redes fotos provocadoras y totalmente fuera de contexto, como las de unas camas en un campo de concentración (acompañada por la frase “previa en la habitación”), o tan grave como esta, la de niños judíos en un campo (“con los pibes en el Cerro Catedral”). Además, para coronar la faena apareció un video editado con imágenes de la película La caída (que cuenta los últimos días de Hitler antes de suicidarse) cargado de comentarios xenófobos y criticando la cobertura mediática del caso, a tal punto que finaliza con la hipérbole “Los giles que no saben nada, mi colegio fue y es lo mejor”.

Más allá de estas lamentables consecuencias, las autoridades de ambos colegios anunciaron que los respectivos estudiantes implicados en este infortunio, estarán visitando en los próximos días el Museo del Holocausto de Buenos Aires, situado en la calle Montevideo del microcentro porteño.

Asimismo, en el correr de la semana que está culminando (este jueves 1º) se desarrollaron distintas actividades con el objetivo de concientizar a la sociedad, en el marco de la denominada “La convivencia en la diversidad es posible”. Algunos de quienes formaron parte de difundir esta causa fueron el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelíes Argentinas (DAIA), Ariel Cohen, junto al director ejecutivo Víctor Garelik, además de autoridades de otras comunidades porteñas. El domingo pasado, por ejemplo, estuvieron en el Estadio Monumental de Núñez, donde en el entretiempo del partido de River desplegaron una bandera alusiva.

En definitiva, fueron múltiples las noticias generadas tras el incidente, pero seguramente el recuerdo maldito e indeleble que habrá afectado a los damnificados adolescentes, será difícil de borrar de la memoria; la imagen de lo abominable que a cualquier ser humano pueda acechar como un fantasma diabólico y que solo el paso del tiempo, si acaso, habrá de ir borrando lentamente.

El diario La Nación recogió un par de testimonios, uno de los cuales quisiéramos compartir en esta nota. Es el de una chica cuyo nombre pidió no fuera revelado. “El martes fue la fiesta de disfraces en el boliche Cerebro. Los dos colegios viajaron con la misma empresa: Baxtter. Los coordinadores dan horarios, y uno de ellos es el que tenés que estar vestido abajo en el lobby del hotel para que salgan los micros para el boliche. El primer error grave es que coordinadores de los grupos, personal de seguridad de ese hotel y alumnos de otros colegios no repudiaron esta situación y dejaron que este grupo haya salido del hotel así, disfrazados de Adolf Hitler con ropa y ‘accesorios’ (bigotes, brazalete con cruz esvástica, etc)”, testimonió.

Y continuó su relato: “Al llegar a la puerta del boliche, gente de seguridad (del boliche) notó esta situación y nada más les sacaron los brazaletes rojos con la esvástica dibujada. Pasaron al boliche igualmente, disfrazados de Hitler, sin el brazalete. Parece que este grupo no tenía ganas de quedarse sin su disfraz y es por eso que esta vez se dibujaron en el pecho y en los brazos el símbolo nazi”.

“La pelea empezó días atrás con este mismo grupo de chicos, cuando a algunos de los alumnos del colegio Pellegrini los insultaron contra su religión. Ante esto, ellos reaccionaron y en el boliche Bypass sacaron a los dos grupos sin saber qué era lo que realmente había pasado”, aclaró acerca de otro suceso previo.

Retomando lo que pasó esa noche aciaga: “El día de la fiesta de disfraces, los chicos de ORT vieron que un grupo de personas estaba disfrazado de Hitler y fueron a decirles qué hacían así vestidos, ya que la reacción al verlos era muy impresionante, muy fuerte y generaba impotencia y bronca. El grupo de Lanús sabía que eran de religión judía y ahí hubo una discusión fuerte con insultos muy feos. No hubo realmente ‘piñas’ como se dijo en todos lados. Los sacaron del boliche, pero por suerte no salió nadie lastimado”.

Para finalizar su visión de lo sucedido, concluyó, con palabras que habría que subrayar: “Es un antes y un después para muchos. Te hace pensar muchas cosas y replantearte todo”.

Comments (0)

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*